Las Nueve Cualidades
4. Aquí tenemos nueve cualidades del discípulo, las cuales se deben desarrollar en el discipulado. Evidentemente, del ejemplo de Jesús, María y José, surgen innumerables cualidades y virtudes; pero enunciamos sólo estas nueve cualidades básicas, como muestra de lo que hay que cultivar.
Jesús, Dios y hombre, como ser humano tuvo que cumplir los procesos de discipulado y aprendizaje, y fue un excelso discípulo del Padre, del Espíritu Santo y de sí mismo como Dios. También lo fue de su santa Madre María y de su santo padre José.
María es la discípula perfectísima de la Santísima Trinidad y de su Reino; también lo es de sí misma y de su esposo san José.
San José fue el discípulo perfecto de Dios, de su Reino, de María Santísima y de sí mismo.
De los tres surgen estas nueve cualidades del discípulo: 1. Hacer la voluntad de Dios, negándose a sí mismo, 2. Seguir las mociones del Espíritu Santo, Maestro de la Verdad, 3. Estar sujeto en obediencia a los superiores, 4. Pedir la fe y hacerla crecer, 5. Saber guardar silencio, 6. Saber escuchar, 7. Ser fiel a Dios y a la Iglesia, 8. Ser prudente, y 9. Ser proveedor de la santa Iglesia (para con la Jerarquía, la parroquia y la feligresía).
[Texto original de Juan de Jesús y María.]