* Mies indica “cosecha,” y con ella, dos cosas: tarea y fiesta. A ambas cosas somos convocados por Cristo.
* Ser obreros es: no limitarse a analizar, pensar o lamentarse. Es OBRAR; es estar disponibles para que Dios haga su obra en y a través de nosotros. Si somos concretos en tantas cosas de nuestra vida, ¿por qué queremos tranquilizar nuestra conciencia, en lo que atañe a la evangelización, quedándonos en vaguedades?
* Ser obrero, en lo peculiar y particular de la evangelización, es ser como Cristo, que es el verdadero y primer “Siervo de Dios.”
* Y ser como Cristo es no quedarnos en la lógica de la transacción, que consiste en: doy para que me den; trato bien sólo al que me trata bien.
* Hay que llegar a la “lógica del don”, que es la única que hace depósitos en el banco de la eternidad. Aprender a dar, con lo que eso implica.