Santo Tomas y el origen de la vida humana

Apreciado Fray Nelson, gracias por esa evangelización, y lo felicito por ser un hombre de Dios con sana doctrina! Quiero pedirle el favor nos aclare un punto que están sacando los abortistas…diciendo que Tomas de Aquino decía que al comienzo de la vida, en la mórula podía haber vida, pero que no podía considerarse una persona….es correcto que Tomas de Aquino dijo esto? y es correcta la interpretación que dan los abortistas? nos urge que aclare esto! — Pregunta de CNG902

* * *

El tema es bastante complejo. En síntesis, Santo Tomás viene a decir que el comienzo del embrión no coincide con el comienzo de la vida humana, porque el alma racional se recibe después de que ha empezado su existencia el embrión. A ese proceso de “recibir alma racional” lo llamaba él la “animatio,” y, siguiendo la ciencia de su tiempo, creía que esa animatio sucedía posterior a la fecundación. De primera impresión, parece que eso ayuda al argumento abortista, por lo menos en cuanto al aborto realizado en las fases iniciales de embarazo–o en el caso de la llamada “pastilla del día después.”

Sin embargo, un análisis de la postura de Tomás en su contexto aclara muchas cosas. El deficiente conocimiento científico de la época llevaba a imaginar el comienzo de la vida humana en paralelo con la imagen de la semilla y la tierra. De hecho, la palabra “semen” quiere decir exactamente “semilla,” con el presupuesto de que la mujer es simplemente la “tierra” apropiada para el desarrollo de esa semilla. Esta visión errónea, que mira la parte femenina como completamente pasiva, plantea un problema, es decir, un falso problema: si el árbol está ya, de algún modo, en la semilla, ¿habría que decir que un hombre tiene en su semen multitud de seres humanos diminutos? Obsérvese: es un FALSO problema que surge de una visión equivocada del proceso de fecundación. A ese falso problema se le da una solución que no puede ser correcta: el embrión sería simplemente el “caer” de la semilla en la tierra, de modo que ese embrión no podría ser humano, porque si ya lo fuera entonces habría que admitir que hay esos diminutos homúnculos en el semen masculino. De ahí la FALSA solución, que sin embargo era la única que parecía razonable dentro de los limitados y erróneos presupuestos científicos con que se contaba en el siglo XIII: la solución era decir que ese embrión “todavía” no era un ser humano, y que sólo empezaba a serlo cundo se daba la “animatio.”

Quienes pretenden usar el pensamiento de Tomás para una postura abortista juegan sucio: toman sólo una parte de sus palabras, la parte que se refiere a la FALSA solución para el FALSO problema. Si fueran honestos deberían tomar el conjunto de su pensamiento en esta materia, cosa que por supuesto no cabe hacer porque no corresponde a la realidad de los hechos reconocidos hoy sobre la fecundación humana.

Una interpretación honesta y a la vez lúcida frente a las limitaciones del nivel científico de la época, iría en esta línea: La “animatio” de que habló Tomás es la constitución de un ser independiente de los padres y perteneciente a la especie humana. Hoy sabemos que el ADN del embrión es distinto del de los papás, y sabemos que no puede asignársele ninguna otra especie animal que no sea la especie humana. Luego el modo correcto de entender a Tomás es que desde el momento en que hay un ADN nuevo, hay un ser humano nuevo, y hay por lo tanto el don sagrado de la vida, de la cual sólo Dios es dueño.