275. Vosotros rezad así: ¡Padre nuestro del cielo! sea respetada la santidad de tu nombre, venga tu reinado, cúmplase tu designio en la tierra como en el cielo; danos hoy el pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes sucumbir en la prueba y líbranos del maligno. (Mt 6,9-13)
276. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. (Lc 1,42)
277. María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor, mi espíritu festeja a Dios mi salvador, porque se ha fijado en la humildad de su esclava y en adelante me felicitarán todas las generaciones. Porque el Poderoso ha hecho proezas, su nombre es sagrado. (Lc 1,46-49)
278. Muy de madrugada se levantó, salió y se dirigió a un lugar despoblado donde estuvo orando. Simón y sus compañeros salieron tras él y cuando lo alcanzaron, le dijeron: Te están buscando todos. (Mc 1,35-37)