Retiro Sacerdotal: Los profetas y el Cristo. Tema 7 de 8: Ezequiel.
* Profeta de la gloria de Dios, entendida como presencia, en la creación y la historia, de los atributos divinos de poder, soberanía y majestad.
* Predicador del asco y la condenación; pero también de la compasión y la nueva alianza. Las bruscas imágenes y visiones del profeta pretenden una sola cosa: que lleguemos a detestar desde el fondo del alma al pecado, porque amar lo bueno es poco efectivo si uno no se aparta resueltamente de lo malo.
* Testigo de las realidades del corazón. Ezequiel es un sacerdote que conoce, desde dentro, la corrupción y vida doble que llevan los sacerdotes del templo de Jerusalén. Se da cuenta que tanta ingratitud frente a la fidelidad divina sólo es explicable por una causa: el corazón humano es duro como piedra, y según eso ninguna ley exterior puede cambiarlo.
* Heraldo del Espíritu. Ezequiel percibe agudamente los límites de la antigua alianza. El corazón nuevo es en realidad parte de una vida nueva que sólo puede venir como don de parte de Dios. Este espíritu, río que brotará del nuevo templo, vuelve también “río” lo que va tocando, y por eso su cauce crece como por sí mismo.