Un himno de homenaje a Santa Catalina de Siena

Esta mujer no quiso
tomar varón ni darle su ternura,
selló su compromiso
con otro amor que dura
sobre el amor de toda criatura.

Y tanto se apresura
a zaga de la huella del Amado,
que en él se transfigura,
y el cuerpo anonado
ya está por el amor resucitado.

Aquí la Iglesia canta
la condición futura de la historia,
y el cuerpo se adelanta
en esta humilde gloria
a la consumación de su victoria.

Mirad los regocijos
de la que por estéril sollozaba,
y se lleno de hijos
porque el Señor miraba
la pequeñez humilde de su esclava.

[Del Oficio Común de Vírgenes de la Liturgia de las Horas.]