Immanuel Kant se constituyó por propia iniciativa en heraldo y profeta de la Ilustración, el gran movimiento cultural e intelectual que puso su fundamento y esperanza en la razón humana. Por eso Kant quiere saber qué conocemos antes de recibir lo que nos ofrecen los sentidos por la experiencia. Según él, no conocemos qué es una cosa en sí mismas (el noúmeno) sino sólo lo que pueden recibir nuestras estructuras cognitivas (el fenómeno). En su opinión, esto quita todo piso a la metafísica y al conocimiento religioso (teología). Pero a Kant puede preguntársele por el estatuto de sus afirmaciones sobre las estructuras del conocer, pues ellas constituyen en la práctica una nueva metafísica, aunque esta vez centrada en el sujeto, y por ello mismo, imposible de ningún control que no sea el de la fantasía.
Este capítulo pertenece al volumen 2 de la Suma Conversación.