En este capítulo estudiamos cómo ven la verdad los modelos de pensamiento “positivista” y “neo-positivista.” En ambos casos se afirma la primacía de lo verificable, entendido como aquello que comprueban los sentidos. Esta perspectiva niega la posibilidad y la validez de todo conocimiento que no sea el de la ciencia.
Pero el positivismo puede ser criticado de varias maneras: (1) El acto mismo de la percepción está abierto a preguntas que no pueden resolverse ni con nuevas percepciones ni con deducciones lógico-matemáticas. (2) La mente no es del todo pasiva al percibir; de hecho, la psicología de la Gestalt ha demostrado que nuestra mente “aporta” a lo que percibe, basándose en lo que ya conoce. ¿Cómo entonces destilar nítidamente lo que es percepción “pura”? (3) La ciencia está sujeta a las pasiones e intereses de los científicos y del mundo extra-científico. No está capacitada para ser lo que se quiere que sea: un juez neutro. (4) La historia personal de los científicos afecta sus juicios de valor sobre temas que atañen al comportamiento humano: a menudo se toma como normal y normativo lo que sólo es estadísticamente más abundante.
Este capítulo pertenece al volumen 2 de la Suma Conversación.