Una respuesta a «El elefante y su estaca»

  1. Eliminar de verdad los defectos –los malos hábitos– que tenemos arraigados no es tarea de un día, y esas inclinaciones hacen que sea más fácil caer en lo que no querríamos. Por eso quien lucha a veces gana, y a veces puede perder. Pero quien prefiere no luchar, no plantearse nada que pueda superar sus fuerzas, para evitar la posible humillación de la derrota, ya está derrotado de antemano. Un saludo padre nelson y que Dios lo siga bendiciendo.

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