Lo bueno que puede hallarse en lugares inesperados. Click!
2 respuestas a «Los Simpson y el Vaticano»
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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
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Como mama, no he visto problemas en cuanto a la vision realista de los simpson, en si el mostrar sin prejuicios la vida cotidiana anexando el real ridiculo que nos rodea, pues bien pienso que anima a que uno no se haga tanta mala sangre..Sin embargo, en cuanto a religion no me parece que sea una serie muy ejemplar, y es que teniendo los Simpson a una hija budista, un padre que se duerme en una misa de protestantes, mientras con su hijo se afanan por molestar a un vecino evangelico..pues bien que podemos decir que deja que desear..a mas, bien que pude contemplar hace poco la guerra figurativa dentro de la serie en la cual mostraban como se perseguia y se condenaba a quienes creian en la teoria de la evolucion….”Pues porque no se plantea al reves?…” Dado que en las escuelas las teorias de la fe en cuanto a la creacion del hombre no existen, siendo que lo unico que se enseña en los colegios es precisamente esa “Teoria ..” en la cual aun se cree que nuestros antepasados son monos…
Yo creo que el Vaticano se excede a veces en caridad, y si esta bien o esta mal, ya corre a cuenta de lo que el Espiritu Santo dicte..sin embargo en este caso deberian ver un poco mas las series y meditar mejor si en verdad los simpson son catolicos.
Personalmente, no sentí gran gusto por el comentario de L’Osservatore, sobre todo por falta de rigor y profundidad. Debo anotar adicionalmente que, en toda mi vida, solo he visto un episodio completo de la serie, así que no soy “fan” de la familia amarilla.
Sin embargo, creo que hay dos cosas que decir en favor del periódico del Papa:
1. En contra de lo que sugiere este post, Los Simpsons no son “simplemente una serie de televisión.” Sería como decir que Coca-Cola es “simplemente una bebida.” Cuando se alcanzan cifras de centenares de millones de personas que han sido influenciadas, para bien o para mal, por un hecho o evento, ese impacto se convierte en parte indispensable del análisis. En ese sentido, pasar revista a todo lo que tenga poder a esa escala global es un derecho y también un deber de la Iglesia. Lo otro se llama la estrategia del avestruz.
2. Alabo el esfuerzo por encontrar qué hay de bueno en una serie con tantas cosas ordinarias, agresivas o francamente malas. Y la razón por la que creo que hay que hacer ese ejercicio de buscar lo bueno es porque lo contrario se llama “demonizar,” que es exactamente lo que los primeros apóstoles y primeros cristianos NO hicieron. De hecho, se valieron de numerosas instituciones, recursos y “vehículos” mediáticos del Imperio para propagar la fe. Debería bastar que recordáramos de dónde viene la palabra “diócesis”…