87.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
87.2. Siempre me encontrarás dispuesto a enseñarte, si tú siempre llegas dispuesto a aprender de mí. De hecho, uno de los grandes males de la Iglesia estriba en que sus predicadores, sacerdotes, obispos o misioneros pierden la maravillosa facultad de aprender. Se olvidan de las palabras de Cristo, cuando se refirió al trigo y la cizaña que crecen juntos (cf. Mt 13,30). Él no dijo que el trigo iba a crecer en medio de una cizaña pasmada o raquítica. La cizaña crece cada día, y por eso el trigo está llamado a crecer cada día.
87.3. Es algo que tú has podido comprobar muchas veces: la maravillosa estrategia evangelizadora que ayer en la tarde dio preciosos frutos hoy por la mañana fue poco más que inútil. Los ejemplos que hace una semana conmovieron hasta las lágrimas tal vez mañana no sirvan de mucho.