He no-recibido millones de no-dinero. Me he no-alegrado de no-recibir no-dinero. Todos estos trabalenguas son para destacar cuánto florecen los timos y estafas a través de correos electrónicos que le prometen a uno que se ha ganado esta vida y la otra. Según ellos, en esta última semana solamente he recibido decenas de millones de dólares, que han de juntarse a otros tantos millones de euros, libras esterlinas, yenes y dólares canadienses. Todos los días gano más y más no-dinero en una proporción y velocidad que harían palidecer de envidia a Bill Gates o Donald Trump. Además, en contra de lo que dice el refrán, en mi caso se supone que uno sí puede ganarse la lotería sin comprarla porque hay gente tan caritativa que busca a quién darle unos cuantos millones y, a falta de mejores ideas, busca en listas de correos electrónicos.
Algunos de esos mensajes son verdaderas obras maestras de talento, llenos de detalles técnicos capaces de impresionar incautos. Mira esto:
We are pleased to inform you of the result of the last final annual draw of our Lottery International Programs. The online cyber lotto draws was conducted from an exclusive list of 942,000,000 e-mail addresses of individual and corporate bodies picked by an advanced automated random computer search from the internet. No tickets were sold. CONGRATULATIONS!!! After this automated computer ballot, your e-mail address emerged as a winner in the category “A” with the following numbers attached Ref Number: PTK/727-GL4U/07, Batch Number: 573881545-NL/2007, Ticket Number: 44278199663 and Lucky Nr:8-66-97-22-65-55 You are therefore to receive a cash prize of $2,500,000.00. (Two Million Five Hundred Thousand United States Dollars) from the total payout CONGRATULATIONS!
Otras veces aparecen sentimientos hondamente cristianos:
Querido hermano en el Señor: Mi difunto esposo, hombre fervoroso y justo ante Yahveh, no podría tolerar que el dinero que con tanto esfuerzo suyo y tan grandes bendiciones de lo alto cayera en manos de los agentes de iniquidad. Sé respondo a su voluntad celosa de la gloria de Dios cuando le pido que acepte esta modesta donación de $800.000 USD para las obras de evangelización y caridad que su conciencia le inspire. Indíqueme, por favor, su número de cuenta, en cualquier banco del mundo, pues “de Señor es la tierra y cuanto la llena”… etc etc.
Ahora últimamente hay una categoría nueva, una variación simpática y astuta del scam nigeriano. El famoso fraude, que efectivamente está vinculado al país africano, tiene muchísimas formas. Su común denominador es que alguien necesita que uno le ayude a mover una cantidad descomunal de dinero porque la persona que escribe es un empleado bancario o gubernamental, o un abogado o pariente que está impedido para hacerlo. Se supone que uno debe ayudar a hacer algunas de esas transacciones internacionales y que, como pago de servicios, recibe una proporción jugosa (10 – 20 %, es lo típico) de esas montañas de dinero. La trampa viene en que el dinero que uno da, si es tan torpe de darlo, es dinero real, mientras que toda documentación, incluyendo cheques viajeros, certificados de depósito, o lo que sea, que ellos den, es falso.
La variación reciente del scam o engaño nigeriano es que ahora le escriben a uno diciendo algo como esto (traduzco) :
Querido amigo, sé bien que Ud. tenía las manos atadas y no podía ayudarme como lo hubiera querido. Sus esfuerzos no deben quedar sin retribución, y es por eso que ahora le escribo para que me indique a qué cuenta bancaria le puedo consignar $87.000 USD, suma pequeña para sus esfuerzos, yo lo sé, pero que de algún modo hace visible mi eterna gratitud… etc etc
Uno puede creer que nadie va a caer en esa clase de trampas. No es cierto. De hecho, personas de gran talante intelectual han sido víctimas del engaño nigeriano. El renombrado genio de la física, Stephen Hawking, perdió cerca de 50.000 libras esterlinas (unos 90.000 dólares) en 2005 en uno de esos engaños. Según eso, pocos mortales estamos realmente a salvo.
Quizá el viejo criterio sea el más sano: “De eso tan bueno no dan tanto.” El dinero fácil hace fáciles las pesadillas, y a todo codicioso le resulta otro codicioso peor y más astuto. Llegado a este punto, debo suspender mi escrito, porque se va a vencer el plazo para que reclame 249.000.15 euros que me gané con sólo encender el computador.