Socialismo al estilo bolivariano

Unos datos biográficos sobre Hugo Chávez nos ayudan a entrar en contexto:

Hugo Chávez Frías es el tercero de siete hijos de Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías, de oficio maestros de escuela. Creció como un joven humilde en Sabaneta de Barinas, un pequeño pueblo del llano venezolano, y a corta edad, sus padres lo trasladaron a casa de su abuela paterna, Rosa Inés Chávez, para que ésta se ocupara de su crianza. Chávez siguió la educación primaria en el Liceo O’Leary y luego obtuvo el bachillerato en Ciencias. Desde joven, Hugo Chávez ha sido aficionado al béisbol, fue monaguillo y tenía intenciones de ser sacerdote católico, es autor de cuentos y obras de teatro, aunque sus inclinaciones lo llevaron a la política y al cuerpo de paracaidistas del ejército. Siendo militar, Chávez fundó el partido MBR200, de ideología bolivariana— concepto ideado por él— predecesor del Movimiento V República. Este último, finalmente, devino en el Partido Socialista Unido de Venezuela.

Se ha casado en dos ocasiones -ambos matrimonios terminados en divorcio legal-; la primera con Nancy Colmenares, mujer de una familia humilde de Sabaneta de Barinas, con la que tuvo tres hijos: Rosa Virginia, María Gabriela y Hugo Rafael. Al mismo tiempo, mantuvo una relación sentimental e ideológica con la historiadora Herma Marksman, que duró alrededor de diez años.

Imposibilitado de seguir una carrera deportiva, Hugo Chávez ingresó a la Academia Militar de Venezuela, donde se recibió como Licenciado en Ciencias y Artes Militares en el área de Ingeniería con el grado de Subteniente, logrado hasta su retiro de la carrera castrense el grado de Teniente Coronel. En su promoción de 75 cadetes, obtuvo el octavo lugar. En parte debido a la reclusión de la que fue objeto tras la intentona fallida de golpe de Estado que encabezó en 1992, Chávez dejó inconclusos sus estudios de Ciencias Políticas en la Universidad Simón Bolívar de Caracas.

Luego contrajo matrimonio con la periodista Marisabel Rodríguez, madre de su última hija, Rosinés. Rodríguez conoció a Hugo Chávez durante el periplo que realizó a lo largo de todo el país una vez puesto en libertad, predicando la abstención como protesta al sistema político e incrementando la mitificación de su personalidad. Desde el año 2003, están separados y no hay Primera Dama en Venezuela.

En 1998, Chávez gana las elecciones con promesas de cambiar la constitución vigente por medio de un proceso Constituyente. Su influencia sobre la sociedad y la política de Venezuela han crecido desde entonces. Su partido, el MVR, ha ido conquistando mayorías entre los cargos de elección popular, tanto en las elecciones municipales, estatales y nacionales, así como en las legislativas. Chávez fue reelecto en las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006 con una ventaja superior a los 20 puntos porcentuales.

La propuesta política de Chávez va más allá de las fronteras de Venezuela y puede decir que se sintetiza en la expresión Revolución Bolivariana, obviamente en referencia al libertador Simón Bolívar. El aspecto resueltamente socialista de esa Revolución tuvo su origen en la pugna del año 2002, en la que sectores de la sociedad venezolana quisieron derrocar a Hugo Chávez, presidente electo. Chávez dice que ese evento lo convenció de que no había “tercera vía” entre el socialismo y el imperialismo capitalista. Su opción, desde entonces, ha sido claramente socialista, en explícita alianza con los representantes más visibles y fuertes de la Izquierda Latinoamericana, es decir, Fidel Castro, en Cuba, y más recientemente Evo Morales, en Bolivia.

El ideal socialista de la Revolución Bolivariana se expresa en dar o devolver poder al pueblo, construir una economía autosostenible y estar firmes en la autonomía nacional. Chávez ha logrado que los sectores más pobres de su país se sientan representados y ha sido sobre todo ese respaldo popular el que le ha permitido realizar cambios muy profundos en la economía y sobre todo el sistema político de Venezuela. Su discurso ha sido fuerte y no exento de sarcasmo cuando se trata de referirse a la influencia de los Estados Unidos de América. En el conjunto de las opciones políticas actuales en Latinoamérica se puede pensar que el proyecto bolivariano tiene amplio futuro porque la Izquierda ha hecho sólida presencia desde Chile hasta Brasil, y desde Nicaragua hasta Uruguay. No está tan claro, sin embargo, que las opciones de mercado que implica el chavismo son igualmente atractivas para todos los países con gobiernos llamados socialistas. En particular, Brasil no piensa dañar sus relaciones comerciales con EEUU por agradar al actual gobierno venezolano.

Hay algo de mesiánico en la propuesta de Chávez, que con cierta frecuencia cita a Jesucristo, y que ve en las grandes figuras del pasado, como Simón Bolívar, José Artigas, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora, una línea que él desea representar y llevar a plenitud. Sus opositores ven en ese lenguaje un episodio más de populismo. También, según ellos, es populista el exceso de subvenciones y subsidios que provienen de la riqueza del petróleo y que claramente no pueden durar más de medio siglo.

No está despejado el horizonte para Hugo Chávez. No cabe duda que aquellos que durante cuarenta años disfrutaron las prebendas del poder entre la Alianza Democrática y el COPEI tienen que sentirse desposeídos y resentidos. No hay duda tampoco de que los enemigos de l revolución socialista harán lo que sea por desacreditar las reformas del actual presidente. No hay duda, finalmente, que puede haberse dado o estarse dando injerencia extranjera, y en particular, norteamericana, en los asuntos internos de Venezuela, tratando de fortalecer una oposición que ayude a quitar de en medio a un personaje incómodo.

Pero nada de eso quita que la ecuación entre revolución social y chavismo está por demostrarse. Cada reforma popular de estos años en Venezuela ha implicado un crecimiento del poder político de MVR y un afianzamiento y prolongación del poder personal de Hugo Chávez Frías. Después de que el mundo ha conocido la revolución bolchevique y la revolución cubana es inevitable preguntarse si el socialismo de duro cuño de veras es compatible con la democracia. Porque lo que uno ve es que los socialistas duros quieren mucha democracia para entrar ellos y poca democracia para que otros entren después.

Luego está el tema de la libertad de prensa, cuestión por demás candente, dado el próximo cierre de RCTV. Los amigos de Chávez dicen:

RCTV es un grupo privado cuya actividad principal consiste en denigrar la política del gobierno bolivariano. Hugo Chávez ha acusado repetidas veces, no sin fundamento, a los cuatro principales canales televisivos del país, Globovisión, Televen, Venevisión y RCTV –que controlan cerca del 90% del mercado y disponen de un monopolio mediático “de facto”– de llevar a cabo una “guerra psicológica” contra su administración. Por otra parte, estos medios han dado muestra abiertamente de una hostilidad rayana en el fanatismo con respecto al presidente venezolano desde que llegó al poder en 1999. Nunca han dejado de cuestionar la legitimidad del gobierno y de poner en tela de juicio el apoyo popular del que lógicamente disfruta. Los medios privados han invitado constantemente a sus programas a los opositores de la oligarquía y a militares sublevados que preconizan la subversión y el derrocamiento del orden constitucional.

Eso puede ser cierto, pero ¿en qué situación queda Venezuela sin RCTV? Es muy fácil calificar de injusta a toda acusación por el solo hecho de ser acusación. Quitar una licencia es ser juez y parte. Eres “parte” porque te sientes acusado; pero eres “juez” porque niegas el derecho a la otra parte de decir su propia voz.

Además, ¿qué decir de esa terminología de la “guerra psicológica”? Por supuesto, todo político, mucho más si detenta el poder, debe esperar oposición, porque precisamente en la medida en que él está gobernando sus oponentes no pueden gobernar, y la política tiene que ver con eso: tener y manejar el poder. Chávez se ha victimizado muchas veces, porque siempre están tratando de envenenarlo, atentar contra él, destruirlo, calumniarlo. No niego ninguno de esos temores pero me pregunto cuánto tiempo más la sociedad venezolana seguirá considerando que su deber principal es preservar la integridad de su presidente de modo que él puede seguir gobernando y sirviendo a todos. Es posible que la gente se canse de oír tantas veces un mismo discurso, sobre todo cuando ese discurso implica no solo la integridad física sino la continuidad del mismo Chávez en el poder.

Por otra parte, creo que es una visión demasiado simplista de la sociedad es que ve, por un lado, están los pobres, cuyo único defensor es el MVR, y por el otro está la oligarquía y los militares resentidos. Las simplificaciones mentales sirven para empujar a la gente a tomar decisiones, del estilo de “con nosotros o contra nosotros.” (Por cierto: ironías de la vida, fue George W. Bush, archienemigo de Chávez, quien usó esta otra simplificación para embarcar a medio mundo en la “guerra contra el terror.” Los extremos se juntan; cierro paréntesis.) Las simplificaciones funcionan pero la mente humana se cansa de ellas porque presentan un mundo que en el fondo es irreal. ¿Dónde está la clase media, en el mapa mental de Chávez? ¿En qué lugar quedan las aspiraciones legítimas de poder y de gobierno que puedan tener otros ciudadanos venezolanos que sin mebrago no comulgan con el estilo de la “República Bolivariana”?

Otro aspecto flaco del proyecto chavista es la calidad de sus aliados reales, es decir, de gobiernos interesados en implementar algo parecido a lo que él propone. No son muchos esos aliados, y para ser francos creo que sólo Cuba y Bolivia entran ahí de pleno derecho. Pero Cuba, aunque sea un modelo de muchas cosas, incluyendo una formación académica de alto estándar, no es ciertamente un ideal que va a mover a masas de millones de latinoamericanos. La Cuba post-Castro, ¿recibirá también palmaditas en la espalda de parte de Chávez? Me permito dudarlo. Y en cuanto a Morales, creo que son muy fuertes las dudas que despierta su proyecto. ¿Sí hay muchos peruanos, chilenos, argentinos o mexicanos que puedan mirar hacia la Bolivia de hoy, y decir: “Eso es lo que nosotros deberíamos hacer”?

De todos modos, Hugo Chávez ha demostrado muchas cosas importantes, y pienso que la Historia hará un balance mixto pero quizás positivo de su gestión. Detrás de sus gritos hay muchos gritos que nunca fueron oídos. Detrás de su risa hay muchas risas que demasiados latinoamericanos no han podido tener. Detrás de sus ideales hay un anhelo profundo, porque el mundo que conocemos, el capitalismo en que vivimos y la división de la riqueza que sufrimos no son, no pueden ser el único camino.