60.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
60.2. Una de las señales del pecado es la falta de ardor en la búsqueda de lo más perfecto. Es una especie de “inercia” espiritual que no puede ser radicalmente vencida sino con la llegada de un fuego que no os pertenece pero que sí necesitáis. Por eso se le llama “Fuego del Cielo,” y no es otro que el Don del Espíritu Santo.