¿Es importante el día 6 de Junio de 2006? ¿Debemos creer que está relacionado con los secretos de Fátima? -Varios.
Insistentemente se siguen enviando por correo electrónico la supuesta llegada del Anticristo que vendrá con la fecha del 6 de junio del 2006 (06/06/2006). Con esto se quiere enfatizar simplemente el número bíblico de la Bestia, 666. Asimismo, se sigue también enviando por este medio elctrónico un supuesto Secreto de Fátima que leyó antes de morir Juan Pablo II y que fue precisamente lo que precipitó su fallecimiento el pasado 2 de abril del 2005. En dicho texto se hace una mezcla de un sinnúmero de mensajes, que incluye guerra, terremotos (uno que durará 8 horas), apostasía y divisiones en la Iglesia, crisis y caos económico y un largo etcétera.
Es muy lamentable encontrarse con este tipo de correos pues lo único que provocan es desprestigiar y ridiculizar el verdadero y auténtico mensaje mariano de estos tiempos, así como fomentar una relajación para las cosas divinas que envuelve profecía y misticismo. Con razón muchos sacerdotes no quieren saber nada de videntes ni apariciones, y la culpa en gran parte la provoca esta promoción desmedida de mensajes vanos y superficiales. Desde luego que tal secreto de Fátima es falso, así como afirmar que Juan Pablo II lo leyó poco antes de su muerte. El contenido del mismo, aunque tiene elementos verdaderos viene contaminado con frases falsas lo que lo convierte en inválido y sin ninguna coherencia ni en su origen, formato y contenido.
Asimismo, es totalmente irrelevante la fecha del 6 de junio del 2006. Esta fecha es promovida de forma totalmente sensacionalista sin ninguna base. Recordemos que el 666 se refiere en su más profundo significado a la persona del Anticristo, que en tiempos de Juan hacía alusión a Nerón César, puesto que antiguamente los judíos y los griegos usaban las letras como signos numéricos, por lo que tenían por costumbre poner nombres con números. Así, Nerón Quesar equivalente en hebreo y leído en griego, nos da la cifra 666. Al menos esto se refiere al llamado “tipo” o figura del Anticristo. Por lo que se refiere al “antitipo” o figurado aún no sabemos nada.
Del mismo modo, el 666 nos revela a un hombre (6) que quiere hacerse pasar como si fuera Dios (3), de ahí el que el 6 se repita 3 veces. También descubrimos en este 666 a un ser que jamás llegará al 7, que es la Plenitud de Cristo, la Perfección del Ser Transformado, tal y como salió Jesús resucitado del sepulcro, y fue hasta entonces que ya el Demonio no podía tentarlo ni hacerle daño.
Es importante reafirmar estas ideas, pues precisamente en su momento también hubo una exagerada proliferación de mensajes confusos e inexactos, y por ende falsos, respecto a la persona de Juan Pablo II. El Demonio sabe revestirse como ángel de luz y aprovecha este tiempo de mariofanías para suscitar falsas revelaciones y apariciones, pero por sobre todo, mensajes falsos, que normalmente vienen acompañados con una pizca de verdad, lo que hace que pueda ser ocasión de confundir a las almas.
Es cierto que en los últimos 150 años se han dado un sinnúmero de fenómenos considerados como apariciones de la Santísima Virgen en la tierra; que por sus frutos de conversión, sus signos sobrenaturales, su coincidencia con el Evangelio, y su llamado a la oración, sacrificio, penitencia, ayuno y vida sacramental, con especial atención a la Eucaristía, las hacen dignas de total credibilidad. No obstante, hay que aplicar el “discernimiento de espíritus” que tanto propuso San Ignacio de Loyola para no convertirnos en aliados y tontos útiles del enemigo. No se deben difundir mensajes que sin más nos llegan por internet o correo electrónico. Es preciso averiguar su origen, de qué aparición se trata, qué vidente, qué frutos ha habido, qué señales sobrenaturales lo acompañan, etc. para entonces poder asumir una posición objetiva y seria que permita, con eficacia apostólica, difundir tal o cual aparición. De lo contrario creamos confusión y desprestigiamos las verdaderas y auténticas apariciones
¿Qué va a pasar el 6 de junio del 2006? Nada particular que no pueda ocurrir mañana o en abril o en mayo. Bástese saber que este es tiempo especial de purificación, donde las catástrofes y calamidades se darán en un lugar y otro de la tierra. Ciertamente nos esperan grandes desastres naturales, enfrentamientos entre las naciones, recrudecimiento militar y terrorista en el Medio Oriente, caos económico-financiero, y un mayor y cada vez más frontal ataque en contra del Cristianismo, de las instituciones base de la Iglesia, de la figura del papa Benedicto XVI y en contra del católico fiel a la Verdad y al Magisterio.
Texto basado en un escrito de Lic. Luis Eduardo López Padilla.