Estamos convencidos de la importancia de una sólida formación para los católicos de hoy.
Estamos convencidos que la fe no es una parte escondida y “privada,” como si fuera una vergüenza. Creer es lo más grande que a uno le puede suceder en esta tierra y es la puerta bellísima para el cielo.
Estamos convencidos que por su misma naturaleza la fe debe estar en continua relación y diálogo que fecunda el resto de nuestra vida, y ello incluye todo: la ciencia y el arte, la filosofía y la literatura, el amor y el pensamiento, el descanso y la alegría.
Estamos convencidos que todo cristiano maduro es responsable de una formación continuada de su propia fe, y que este es un camino que no termina, porque uno nunca termina de conocer las maravillas de la sabiduria, el poder y la compasión de Cristo Dios.
Estamos convencidos que HAY QUE LEER, hay que sacar tiempo para leer, y que NADA puede reemplazar al hábito de una buena lectura. Las imágenes y los sonidos son importantes, pero nada nos ayuda tanto a pensar con orden y sentido de la verdad como leer buenos textos: palabras que se dejen saborear y que traigan luz, preguntas, respuestas, inspiración.
Esta es la dirección