Abecedario para la Navidad

Agradecer a Dios el habernos regalado las personas con las que convivimos.

Buscar el bien común por encima de los intereses personales.

Corregir con esmero a aquel que se equivoca.

Dar lo mejor de uno mismo, poniéndose siempre al servicio de los otros.

Estimar a los otros sabiendo reconocer sus capacidades.

Facilitar las cosas dando soluciones y no creando más problemas.

Ganar la confianza de los otros compartiendo con ellos sus preocupaciones.

Heredar la capacidad de aquellos que saben ser sinceros con valentía y respeto.

Interceder por los otros a Dios, antes de hablarle de nuestras cosas.

Juzgar a los otros por lo que son, no por lo que tienen ni por lo que aparentan.

Limitar las ansias personales frente a las necesidades del grupo.

LLenarse con lo mejor que uno encuentra en el camino de la vida.

Mediar entre los compañeros que no se entienden.

Necesitar de los otros sin ningún prejuicio.

Olvidar el miedo al qué dirán dependiendo de la opinión de los demás.

Preocuparse por los más débiles o más necesitados.

Querer siempre el bien de las personas.

Respetar las opiniones de los demás, los derechos de las personas y de los animales.

Salir al encuentro del otro, no esperando que él dé el primer paso.

Tolerar los defectos y límites propios y ajenos con sentido del humor.

Unirnos todos para vivir en paz y armonía.

Valorarse con realismo sin creerse superior a los demás.

X es una incógnita que invita a la búsqueda constante de la verdad con mayúscula.

Yuxtaponer ilusiones y esperanzas, trabajos y esfuerzos por crear fraternidad.

Zambullirse sin miedo en el nuevo día que Dios regala cada mañana.

Tres reacciones frente a las caricaturas (2/3)

En Septiembre de 2005 un periódico danés publicó algunas caricaturas que ridiculizaban a Mahoma y a algunos aspectos del islamismo. Estoy citando en particular a personas que expresamente se consideran no-cristianas. Hoy transcribo y edito un aparte de lo escrito por “Baerdenario” como comentario al blog de Estaban González Pons, y que puede leerse íntegro aquí.

Vaya por delante que, personalmente y a pesar de no ser creyente, estoy en total desacuerdo con el insulto a las creencias del prójimo, sean religiosas, políticas, culturales, o de cualquier otra índole. Respeto que tiene sus elementales raíces, en el más acendrado espíritu democrático.

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