Fray Nelson:
Hace 21 años, adolorida al ver al ver a mi bebé agonizando entre la vida y la muerte, en un estado crítico, le pedí a Dios: “Señor si he de recibir un castigo por no haber sido una buena mujer, quítamelo; él no tiene la culpa de mis faltas y aceptaré eso como mi castigo”. (Creía que merecía lo más malo; mi hijo era fruto de una relación no santa).
Dios no me lo quitó, Dios me lo dejó, y no para castigarme como alguna vez gente ignorante me lo dijo: “Esta va a ser su cruz”. Dios me regaló el ángel mas bello. Juan Carlos es sordo, y después de 20 años de luchas contra pronósticos médicos, contra el rechazo de su padre, contra la falta de recursos educativos, etc. etc, hoy en día no hay momento en que no le agradezca a Dios el haberme dado un hijo sordo.
Pues bien, le diré: Juan Carlos no conoce el egoísmo, no conoce el orgullo, no conoce la falsedad, no sabe de criticar, de condenar, de pensar mal de alguien.
Es un muchacho muy bueno, sano, AUTÉNTICO, bondadoso, respetuoso, que cada día en su silencio me da unas lecciones de vida increíbles. Si hubiera sido oyente estoy segura no sería así. Se siente muy comprometido en asistir a la misa los domingos a pesar de no poder entender la palabra, pero él me dice con sus señas, que siente la presencia de Dios.
Si quiere ver un juego en la TV, él sabe que debe grabarlo, o madrugar más temprano a Misa, y no porque yo se lo haya inculcado, no soy tan buena, es porque él así lo quiere. Dios nos ha bendecido grandemente.
A veces sólo vemos lo negativo, pero tenemos que ver en todo la voluntad del Señor y la voluntad del Señor siempre es para nuestro bien.
Al rededor de Juan Carlos, durante estos 20 años de vida, no me alcanza el espacio para enumerar las bendiciones que he recibido, tras cada sufrimiento y cada dolor y caída, el Señor me ha bendecido.
Hoy en día hemos tenido la oportunidad de tener un hogar lindo, su padrastro lo adora, y tiene un trabajo donde sus compañeros y jefes lo respetan y quieren. Nada de esto ha sido fácil pero todo todo se lo debo a mi Dios.