(En memoria de nuestro bien recordado Fr. Oscar Buitrago, fallecido trágicamente la semana pasada.)
Después de una cita médica, el enfermo se volvió hacia el doctor y le dijo: “¿Sabe? Tengo miedo a la muerte. Dígame qué hay al otro lado.” El doctor susurró: “No lo sé.” Y el hombre replicó: “¿No lo sabe? Usted, doctor, que cree en Jesucristo, ¿no sabe qué hay al otro lado?”
El doctor entretanto sostenía el picaporte. Del otro lado se oía un rasguñar de impaciencia. Apenas abierta la puerta, un perrito se entró al consultorio y dando saltos se lanzó sobre el doctor saludándolo con visible alegría.
Volviéndose al paciente, el doctor comentó: “¿Ha visto a mi perro? Nunca lo dejo entrar. Él no sabía qué había adentro sino sólo una cosa, que su amo estaba aquí. Y ya ve: cuando la puerta se abrió, dio un salto de alegría, sin miedo alguno. Yo sé muy poco sobre qué queda al otro lado de la muerte pero hay una cosa de la que estoy seguro: yo sé que mi Señor está ahí, y eso me basta.”
(Remitido por S. Siefken)