Cali se caracteriza por su estilo alegre y abierto. Hay necesidades y hay pobreza pero también son visibles su riqueza humana y sobre todo que el tiempo de confiar en el dinero fácil ha quedado atrás. Poco a poco lo que todos entienden es que necesitamos trabajo sotenido serio y honrado si queremos que Cali y que Colombia entera salgan adelante.
Sin embargo, la seriedad no riñe con la alegría y la capacidad de celebrar. Estoy sencillamente fascinado por la labor de los ministerios de música en la Renovación carismática, por dar un ejemplo. ¡Qué capacidad de ritmo, de gozo, de celebración, por decirlo con una sola palabra! La gente se entrega con un amor único y feliz a proclamar que Dios reina, que Jesús salva, que el Espíritu Santo viene y colma y sana. Es bellísimo. Me hacía falta.