Ayer María y Mauricio tuvieron la bondad de llevarme a la casa donde es el retiro con las Hermanas Nazarenas. La casa o finca queda en una especie de caserío no lejos de Segovia, cuyo nombre es Navas de Riofrío. Bueno, la expresión “caserío” despista. Es como un barrio de casas con cierta comodidad, que aquí llaman “chalets.” La región no tiene muchos habitantes en la mayor parte del año pero durante el verano gana popularidad porque el clima aquí es mucho más benigno que, por ejemplo, en Madrid.
Esta casa de retiro es dirigida por la Hermanas Esclavas de Cristo Rey. Para grata sorpresa mía, son las mismas hermanas que dirigen la casa de Pedro Legaria en Usaquén, en Bogotá. El rostro del padre me resultó familiar y ese primer contacto me hizo sentir cerca de tantos momentos bellos vividos en predicaciones y retiros en Bogotá.