¿Qué es un sustantivo? ¿Qué es un verbo? Tales preguntas parecen obvias a quien haya estudiado aunque sea sólo los rudimentos de la gramática. Y no importa en qué idioma se haya estudiado la gramática, porque precisamente esa distinción parece tan universal que existe prácticamente en todas las lenguas conocidas.
Sin embargo, una gramática basada exclusivamente en el uso tendría graves dificultades en separar sustantivos de verbos. Digamos: una gramática que estudiara sólo las regiones activas en el cerebro en paralelo con las funciones de significado implicadas.
Veamos ejemplos.
Esá el caso del gerundio, que tiene uso tan extenso en inglés. There was a lacking of reflection sería Hubo una grave falta de reflexión. De ahí se pasa a expresiones como She went to the casting session, que sería: Ella fue al ensayo de modelaje.
No es tan simple como decir que el gerundio es un sustantivo. Miremos esta expresión perfectamente usual en el inglés actual: I will look forward to hearing from you. Compárese con: I will look forward to your arrival, y luego con I will look forward to hear from you, que también existen y se usan. ¿Es hearing entonces un sustantivo o un verbo?
Pero el asunto no queda confinado a los gerundios.
Consideremos estas dos frases: I like you, y I like you to do this. El objeto o complemento directo de la primera es sencillo: Me gustas (tú). La segunda, en cambio, también correcta, es algo como Quiero que hagas esto. Ese to do sirve de complemento, en el mismo plano del you de la primera frase. Sin embargo, si uno fuera a decir Me gusta hacer esto, tendría que utilizar de nuevo el gerundio: I like doing this.
¿Son tan claros los límites de las funciones de las palabras? ¿Cómo será que nace el lenguaje en el cerebro humano?