Grata sorpresa me tenía mi Dios para este último día en Oklahoma. Linda, la hermana de Catherine, es episcopaliana. Llegado el domingo, sin embargo, con diligencia arregló todo para que yo pudiera ir a una parroquia católica, y así resultamos en la parroquia de San Eugenio, de aquí de Oklahoma City.
Llegamos para la misa de 10 AM y nos recibió un padre ya de cierta edad al que saludé, presentándome como sacerdote católico, y un resumen de mi pequeña historia para llegar hasta donde estaba. Entonces el padre, que es algo así como asistente del párroco, me comentó que a las 12 del día había una misa en español para la numerosa comunidad hispana. Y así se hizo. Así vino a suceder que presidí esa eucaristía. Una sensación muy hermosa de fraternidad, a ritmo de coro mejicano.
Por la noche, viaje de vuelta a Los Angeles.