El kerigma en televisión

Temprano en la mañana, un buen descanso, y algo de televisión. Ha sido un ejercicio maravilloso para seguir avanzando en el idioma inglés. También un modo de acercarse a las bondades y límites de esta cultura.

Por ejemplo, hoy quiero destacar que los Estados Unidos son indudablemente el país de los tele-evangelistas. No menos de cuatro programas diarios en la televisión pública, y un número aún mayor por las ondas de la radio presentan sin cesar el mensaje del Evangelio con variaciones relativamente pequeñas, por lo menos en la superficie.

La síntesis es como sigue.

�Usted es un pecador, y seguramente ya lo sabe en lo profundo de su conciencia, pero sobre todo Usted es una persona que necesita ser escuchada, acogida y sanada. Reconozca hoy que no sirve resistirse a esa realidad ni tampoco ayuda huir de ella, escapando hacia los paraísos falsos del placer, la riqueza fácil, o los vicios y adicciones.

�Lo único sensato, y también lo único que traerá bendición a su vida, es que Usted acepte su verdad y se abra, con una fe sin condiciones, a Jesucristo como Señor de su existencia.

�Cuando Cristo toma posesión de una vida la transforma, como lo demuestran numerosos y convincentes testimonios de personas que eran como Usted es hoy, pero que han dejado atrás ese modo de vida lleno de sombras, y ya no están torturados por las cosas que Usted está padeciendo, en su cuerpo, por enfermedad; en su memoria, por sus remordimientos o las heridas de otras personas; en su corazón, por la falta de amor o los malos sentimientos; en su futuro, por las incertidumbres sobre su salud, su familia o su situación económica.

�Crea en Jesús y únase a tantos que hemos encontrado en la Biblia nuestra guía para el camino, y que hoy experimentamos una vida nueva y una esperanza que no engaña para más allá de la muerte.�

Las pequeñas diferencias de uno a otro grupo están sobre todo en el modo de presentar los testimonios, en el estilo de culto (worship) y en la proporción que cada grupo le da a los versículos, los ejemplos, y los argumentos de tipo más o menos racional o de sentido común.

Una cosa interesante es que, como aquí no hay una mayoría católica a la cual convencer, ni una gran tradición católica de la cual arrancar a la gente, la mayor parte de los tele-evangelistas evitan perder tiempo disputando sobre lo que dicen otros grupos. Tienden a ser respetuosos y corteses, como quien quiere hacer una buena venta en un gran supermercado.