¿Qué lugar, literalmente hablando, tendrá la tecnología en nuestras vidas, o mejor: en las vidas de quienes estén por este planeta en 50 o 100 años?
Desde los relojes hasta las agendas digitales; desde los teléfonos celulares con cámara hasta los tablet es evidente que la tendencia global es acercar la respuesta a la necesidad. Al fin y al cabo, la teconología puede ser bella, cómoda, miniaturista o económica… todo eso puede ser, pero en cualquier caso debe ser útil, y la utilidad crece cuando la respuesta a una necesidad está más cerca de esa necesidad.
En la práctica esto supone tres retos simultáneos: eficiencia, movilidad y ergonomía.
La eficiencia es aquí la capacidad de lograr un objetivo de la manera más completa, ágil, confiable y económica, ya se trate de hacer un cálculo, procesar un texto, enviar una imagen, emitir un sonido. Entra en este campo también el reciclaje y la correcta manipulación de los desechos.