Ayer terminamos las clases del primer semestre académico en el año 2003-04. El balance es globalmente positivo. Destaquemos diez cosas, todas relativas a esta área de lo académico:
Lo positivo
1. El lugar, Milltown Park: es precioso. Muchas veces el solo ir ayuda, relaja, invita a la reflexión y la plegaria.
2. Me gustó la calidad de los profesores que tuve: Moloney, Corkery, O’Donnell, O’Reilly. Cada uno desde su enfoque manifiesta un interés genuino por su propio campo y por el conjunto de la teología.
3. La biblioteca, aunque perfectible en temás de S. Tomás, por ejemplo, es abundante y permite investigación de postgrado.
4. El ambiente, en general, es fraterno. Mi limitación de lenguaje me impidió disfrutar esto mejor, pero sé que existe y espero aprovecharlo, así como aportar desde mi propia cultura.
5. El contacto más cercano con tradiciones anglosajonas, y desde ellas, también las germanas o francesas, es sencillamente un regalo; una gran ventana al mundo.
6. Milltown es un espacio para encontrar otros espacios. El modo de ser irlandés ama el compromiso directo con causas sociales (tipo Amnistía Internacional), culturales (tipo coros polifónicos) y religiosos (tipo plegaria estilo Taizé). Uno ve circular vida.
Creo que hay que revisar:
7. Hay cierta desconexión con la vida de los sacramentos. Con todas las ventajas que pueda tener, en términos de organización y creatividad, el que una mujer sea capellana, es sensible la ausencia de una vida sacramental más integrada con el conjunto de Milltown, como sería de esperar en un Centro Católico.
8. El deseo de abarcar muchos campos (desde acupuntura y homeopatía hasta ecumenismo y doctorados en filosofía y teología) llega a desdibujar la identidad de un lugar que es relativamente pequeño en espacio físico y en tradición propia: una “apuesta” más centrada podría enriquecer exponencialmente el diálogo.
9. En el deseo de “apertura” se llega al punto de hacer presión en favor de la cultura del homosexualismo (carteles inmensos que duran semanas y semanas…). Creo que vamos en esto como de un extremo al otro: del victorianismo a una sesgada homofilia.
10. Siento que hay demasiada heterogeneidad en quienes participamos de algunos cursos. Esto hace que los prerrequisitos se vuelven irrelevantes en la práctica, y tiende a bajar el nivel académico.