Queridos hermanos,
Ha sido muy importante para mí el soporte que he encontrado en la oración y la amistad de todos ustedes. Por eso mis primeras palabras son para decir a todos: GRACIAS.
Bien se ve que el Señor nos ha concedido crear lazos de fe y de unión que son más fuertes que la distancia y que el tiempo. Pues aunque me voy sintiendo más a gusto en este país y poco a poco se van superando los obstáculos de los que les hablaba la vez pasada, tengo muy claro que mi servicio a la Iglesia y al mundo han de darse en mi amada Colombia. Ahora bien, si el Señor dispone otra cosa, bendita sea su voluntad, pero en lo que a mí atañe, bendigo a mi Dios por mi país y lo amo con sus limitaciones y sus grandes posibilidades y esperanzas.
De mí les comparto que he tenido ocasión de acercarme un poco más a la gente de la ciudad y de esta cultura. Verdaderamente el idioma es la casa de uno y sólo cuando empezamos a entrar en el idioma entramos de veras en los sentimientos, las angustias, las alegrías, el sentido del humor de cada cultura.
Tuve una experiencia de fraternidad sacerdotal muy bonita la semana pasada. Sucede que voy con alguna frecuencia a la catedral de aquí y vi hace unos días que un cierto sacerdote celebraba con particular fervor la Santa Misa. Me acerqué a él a saludarlo, venciendo un poco la timidez que uno siente por todas esas distancias lingüísticas que les contaba en la carta pasada, y el hombre resultó muy accesible. Me dijo que nos encontráramos al siguiente lunes, es decir, este lunes que pasó. Para sorpresa mía quiso invitarme a cenar y a que compartiéramos un poco las distintas experiencias de fe que cada uno ha ido viviendo. Les encomiendo, pues, en su oración a Joe Dolan, que espero que un día pueda ir a Kejaritomene. Aunque él no habla español, su amor a la Iglesia y su calidad humana serían un regalo muy grato para todos. Además, yo como extranjero valoré mucho su actitud fraterna, descomplicada y generosa.
Como se ve, mis hermanos, el ánimo también va mejorando.
Los estudios van avanzando. Las clases terminan el viernes 19 de diciembre, ahí tendremos dos semanas de vacaciones y reiniciamos el lunes 5 de enero con los exámenes. Todo esto aún pertenece al primer semestre académico, es decir, el que empezó en Septiembre. Es un calendario un poco raro, para nuestras costumbres. Uno vuelve en enero a presentar los exámenes, cosa que en este caso será hasta el viernes 9 de enero, ¡y el segundo semestre empieza el lunes siguiente, el 12 de enero!
Ese segundo semestre va del 12 de enero de 2004 hasta el 9 de junio. Pero antes les cuento qué haré por estas fechas navideñas.
Estuve hablando con mi subprior sobre las costumbres de la casa para este tiempo de fin de año. Me dijo que lo usual era celebrar juntos la Navidad y luego salir unos días, más o menos lo correspondiente al año nuevo. Discretamente me sugirió que saliera, que fuera a conocer otro convento (¿estarán cansados conmigo?), y me orientó hacia la casa que era el antiguo noviciado de los dominicos en Irlanda. Queda en un pueblo llamado Cork, como a hora y media de Dublín. Después de mirar todo creo que lo mejor es ir allá, y eso haré: estaré como del 27 de diciembre al 2 o 3 de enero en Cork.
Dicen que enero y febrero son los meses realmente fríos. Por estos días hemos temperaturas de 0°C, pero lo normal es que durante el día se mantenga arriba de cero.
Si las cosas siguen como están previstas, hacia Junio haría un viaje a España para algún retiro espiritual y probablemente iría a Colombia hacia mediados de Julio. Las fechas pensadas son: viajar a Colombia el jueves 15, llegando probablemente el viernes 16, y estar allá hasta el 18 o 19 de agosto. Oremos para que, si este plan gusta a Nuestro Señor, se pueda realizar.
Yo nuevamente quiero agradecerles su apoyo en amistad y oración, y también el Congreso que realizamos en agosto pasado. Ustedes saben que de ahí salió el dinero para el pasaje del 2004. Eso se los agradezco mucho, así como las cuotas que ustedes dan como Oratorios de Kejaritomene, porque sin ese aporte sería difícil pagar los envíos de material que ciertamente son muy costosos para nuestras economías. Gracias por esa colaboración. Por favor, no lo miren como una simple compra de material: es un aporte con el que damos solidez a un trabajo.
Esta es la primera vez que paso Navidad y Año Nuevo a tanta distancia de mi familia, de mis hermanos de comunidad, y de todos ustedes. Yo conozco el corazón amoroso y sensible que Dios les ha dado, amigos de Kejaritomene, y por eso sé que no me van a faltar sus oraciones y su cariño.
A aquellos que van a salir a misionar, permítanme que les envíe un abrazo con especial amor. Es maravilloso descubrir la vitalidad que adquiere nuestra fe cuando tenemos ocasión de compartirla con intensidad, con sacrificio… y con gozo!
Pido a Dios que bendiga las familias de todos ustedes; que consolide los Oratorios; que nos regale, en el espíritu del Adviento, una renovada esperanza y un espíritu atento y vigilante a la hora de la gracia, porque es verdad que el Señor viene, ¡aleluya!
Con fe y con amor les bendigo, en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
¡Hasta pronto!
Nelson