Durante años he sido profesor; aquí soy un alumno.
Mucho tiempo he predicado a otros; aquí debo escuchar.
Me había acostumbrado a ser “centro”; aquí nadie me presta mayor atención: soy “periferia”.
Fui protagonista en muchas ocasiones; aquí soy sobre todo paisaje.
Antes me consultaban muchas personas; aquí nadie me pide una opinión.
Me iba haciendo a la idea de que era importante; aquí voy entendiendo que no hago mayor falta.
En otro tiempo, muchos esperaban lo que yo dijera; aquí muchos esperan que no estorbe.
Me acostumbré a hablar del Evangelio; mi única posibilidad aquí es ser Evangelio.
Gracias, Señor.