Irlanda es un lugar paradójico: sus paisajes son un monumento a la paz del alma, pero su historia habla de sucesivas invasiones. Celtas, vikingos, normandos e ingleses han dejado su huella, pero de algún modo han sido asimilados también por el estilo de esta isla. De ese modo ha resultado que los vencedores (porque han logrado mucho de lo que querían) han sido vencidos (porque finalmente el alma irlandesa los ha asumido).