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Nació en Dalmacia, Yugoslavia, en el año 342. San Jerónimo, cuyo nombre significa "el que tiene un nombre sagrado", dedicó toda su vida al estudio de las Sagradas Escrituras, y es considerado uno de los mejores, -si no el mejor-, en este oficio.
En Roma estudió latín bajo la dirección del más famoso profesor de su tiempo, Donato, quien era pagano. El Santo llegó a ser un gran latinista, muy buen conocedor del griego y de otros idiomas, pero muy poco conocedor de los libros espirituales y religiosos.
Pasaba horas y días leyendo, aprendiendo de memoria a los grandes autores latinos, Cicerón, Virgilio, Horacio, Tácito, y a los autores griegos, Homero y Platón. Pero casi nunca dedicaba tiempo a la lectura espiritual.
Dispuso irse al desierto a hacer penitencia por sus pecados, especialmente por su sensualidad que era muy fuerte, por su terrible mal genio y su gran orgullo.
Pero allá, aunque rezaba mucho, ayunaba y pasaba noches sin dormir, no consiguió la paz, descubriendo que su misión no era vivir en la soledad.
De regreso a la ciudad, los Obispos de Italia, junto con el Papa, nombraron como Secretario a San Ambrosio. Mas como éste cayó enfermo, San Jerónimo asumió el cargo, que desempeñó con mucha eficiencia y sabiduría.
Viendo sus extraordinarios dotes y conocimientos, el Papa San Dámaso lo nombró como su secretario, encargado de redactar las cartas que el Pontífice enviaba, y designándolo luego traductor de la Biblia.
Las traducciones de la Biblia que existían en ese tiempo, tenían muchas imperfecciones de lenguaje y varias imprecisiones o traducciones no muy exactas.
Jerónimo, que escribía con gran elegancia el latín, tradujo a este idioma las Sagradas Escrituras en su totalidad. Esa traducción, llamada "Vulgata" , o traducción hecha para el pueblo o vulgo, fue la Biblia oficial en la Iglesia Católica durante 15 siglos.
Alrededor de los 40 años, San Jerónimo fue ordenado sacerdote. Pero sus altos cargos en Roma y la dureza con la cual corregía ciertos defectos de la alta clase social, le trajeron envidias.
Sintiéndose incomprendido y hasta calumniado en Roma, donde no aceptaban su modo enérgico de corrección, resolvió alejarse de ahí para siempre y se fue a Tierra Santa.
Sus últimos 35 años los pasó en una gruta junto a la Cueva de Belén. Varias de las ricas matronas romanas que él había convertido con sus predicaciones y consejos, vendieron sus bienes y se fueron también a Belén a seguir bajo la dirección espiritual del Santo.
Con el dinero de esas señoras, construyó en aquella ciudad un Convento para hombres, tres para mujeres y una casa para atender a los que llegaban de todas partes del mundo a visitar el sitio donde nació Jesús.
Con tremenda energía escribía contra los herejes que se atrevían a negar las verdades de nuestra religión.
La Santa Iglesia Católica ha reconocido siempre a San Jerónimo como un hombre elegido por Dios para explicar y hacer comprender mejor la Biblia, por lo que fue nombrado Patrono de todos los que en el mundo se dedican a hacer entender y amar más las Sagradas Escrituras.
Murió el 30 de septiembre del año 420, a los 80 años.
Un día, fueron los ángeles y se presentaron al Señor; entre ellos llegó también Satanás.
El Señor le preguntó: "¿De dónde vienes?"
El respondió: "De dar vueltas por la tierra."
El Señor le dijo: "¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y honrado, que teme a Dios y se aparta del mal."
Satanás le respondió: "¿Y crees que teme a Dios de balde? ¡Si tú mismo lo has cercado y protegido, a él, a su hogar y todo lo suyo! Has bendecido sus trabajos, y sus rebaños se ensanchan por el país. Pero extiende la mano, daña sus posesiones, y te apuesto a que te maldecirá en tu cara."
El Señor le dijo: "Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no lo toques."
Y Satanás se marchó.
Un día que sus hijos e hijas comían y bebían en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a casa de Job y le dijo: "Estaban los bueyes arando y las burras pastando a su lado, cuando cayeron sobre ellos unos sabeos, apuñalaron a los mozos y se llevaron el ganado. Sólo yo pude escapar para contártelo."
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: "Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y consumido tus ovejas y pastores. Sólo yo pude escapar para contártelo."
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: "Una banda de caldeos, dividiéndose en tres grupos, se echó sobre los camellos y se los llevó, y apuñaló a los mozos. Sólo yo pude escapar para contártelo."
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: "Estaban tus hijos y tus hijas comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó y los mató. Sólo yo pude escapar para contártelo."
Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra y dijo: "Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor." A pesar de todo, Job no protestó contra Dios.
El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó. ¡Bendito sea el nombre del Señor! (Job 1, 6-22)
Salmo
Señor, escucha mi apelación, / atiende a mis clamores, / presta oído a mi súplica, / que en mis labios no hay engaño. R.
Emane de ti la sentencia, / miren tus ojos la rectitud. / Aunque sondees mi corazón, / visitándolo de noche, / aunque me pruebes al fuego, / no encontrarás malicia en mí. R.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; / inclina el oído y escucha mis palabras. / Muestra las maravillas de tu misericordia, / tú que salvas de los adversarios / a quien se refugia a tu derecha. R.
Inclina el oído y escucha mis palabras. (Salmo 16)
Evangelio
En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante. Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: "El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante".
Juan tomó la palabra y dijo: "Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir". Jesús les respondió: "No se lo impidáis: el que no está contra vosotros, está a favor vuestro".
El más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande (Lucas 9, 46-50)
Todos hemos experimentado como Job la búsqueda del sentido del sufrimiento, aceptando el querer de Dios al principio, pero luego también enfrentando los límites de nuestra resistencia. 5 min. 53 seg.
La vida cristiana no se define por las recompensas que recibas de Dios sino en responderle con amor incondicional como Él te ama. ¡Que sea Él tu alimento, tu meta, tu recompensa! 5 min. 29 seg.
Para evitar pensar eres dueño de todo debes: ser agradecido, pensar en tus deberes no solo en tus derechos, trabaja para descubrir el valor de las cosas y no olvidar ser generoso. 5 min. 6 seg.
La incapacidad para acoger a los niños, como se ve con extrema crueldad en el caso del aborto, siempre termina en rechazo al Reino de Dios. 17 min. 53 seg.
Cuando uno se cree el más importante se cree el único que tiene razón, el único que hace las cosas bien y termina excluyendo a los demás. 3 min. 58 seg.
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1.1 Aunque no todo el libro de Job nos presenta el perfil de paciencia que ha hecho famoso a este hombre las primera páginas nos enseñan muchísimo sobre lo que significa padecer y sobre lo que es la paciencia. De hecho, estas dos palabras tienen estrecha relación en su origen latino, el verbo "patior."
1.2 Job padece males graves, injustos, inesperados, irreversibles, acumulados, progresivos y próximos. Estos son los siete agravantes de las desgracias, y en el caso de Job, todos están presentes. El efecto, huelga decirlo, es devastador y entraña como un despojo doloroso y de una agresividad suma.
1.3 Frente a todo ello, la reacción de Job es mesurada y serena. Da la impresión de que no pierde el dominio de sí. Su fuerza no es anestesiarse, como propondría el budismo, o simplemente aguantar con grandeza de alma, como sugiere el estoicismo. No estamos tampoco frente a alguien que huya de su dolor escapando como un drogadicto ni es este el perfil de alguien que se queda rumiando una venganza o desquite.
1.4 ¿Qué hace Job, entonces? Se apoya en una sola certeza: todo viene de Dios. El es el Señor: cuando las cosas salen bien y cuando salen mal. Dios no deja de ser Dios porque no entendamos sus planes o porque esos planes pospongan nuestras certezas o deseos. En esto fue sabio Job. Pero el libro no termina ahí. Nuevas lecturas nos permitirán asomarnos a otros aspectos del drama de dolor de este creyente absolutamente singular.
2. Los Niños y Jesús
2.1 El evangelio de hoy recoge una escena que fue recogida en más de una versión en los textos que los evangelistas han hecho llegar a nosotros: Jesús presenta a un niño como ejemplo de lo que significa disponerse para el Reino, es decir, preparar el terreno para que Dios reine.
2.2 Sabemos que los niños del tiempo de Nuestro Señor tenían una vida bien diferente de la de los niños de ahora. En aquella época eran despreciados como gente que consume, pone problemas y no aporta mucho ni en conocimientos, ni en fuerza, ni en trabajo. Jesús toma como modelo a esos "descartados" para decir dos cosas. Primera, que recibir a un despreciado es recibir al mismo Jesús. Por lo mismo, el que busca ser "más" y para eso humilla a los que son "menos" jamás entenderá el Evangelio. En segundo lugar, en dónde está la verdadera grandeza: quien descubre este "secreto" del Evangelio es realmente grande y trae los cambios verdaderamente grandes.
3. Sentido Cristiano de la Tolerancia
3.1 Las lecturas del evangelio de hoy incluye al final un tema distinto. Debemos decir, sin complejos ni arrogancias, que hay un sentido cristiano de la tolerancia. Así por ejemplo nos enseña el Concilio Vaticano II en su Decreto sobre la Libertad Religiosa, n. 2.
3.2 "Declara este Concilio Vaticano que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Libertad, que consiste en que todos los hombres han de ser libres de toda coacción por parte de individuos, grupos sociales o cualquier poder humano, de tal modo que en materia religiosa nadie sea obligado a obrar, contra su conciencia, mas que tampoco sea impedido, dentro de los debidos límites, para obrar en conformidad con ella, ya solo ya asociado con otros, tanto privada como públicamente. Declara, además, que el derecho a la libertad religiosa se funda radicalmente en la dignidad misma de la persona humana, tal cual se conoce por la palabra de Dios y por la razón misma. Derecho a la libertad, en la persona humana, que de tal modo ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad que se le considere como un derecho civil.
3.3 "Por su propia dignidad, todos los hombres, en cuanto que son personas, esto es, dotados de inteligencia y libre voluntad, y, por ello, dotados de responsabilidad personal, se sienten movidos por su propia naturaleza y por obligación moral a buscar la verdad, en primer lugar la que corresponde a la religión. También están obligados a adherirse a la verdad, una vez conocida, y a ordenar toda su vida según las exigencias de la verdad. Mas los hombres no pueden en modo alguno cumplir dicha obligación, en conformidad a su naturaleza, si no gozan de libertad psicológica al mismo tiempo que de la inmunidad de coacción externa. Luego el derecho a la libertad religiosa no se funda en una exigencia subjetiva de la persona, sino en su misma naturaleza. Por esto, el derecho a tal inmunidad subsiste pleno aun en los que no cumplen con su obligación de buscar la verdad y de adherirse a ella; y su ejercicio no puede impedirse, siempre que se guarde el justo orden público".
Querido hermano: Permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado, pues bien sabes de quiénes lo aprendiste y desde tu infancia estás familiarizado con la Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.
Toda la Sagrada Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, para reprender, para corregir y para educar en la virtud, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté enteramente preparado para toda obra buena.
Toda la Sagrada Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar (Timoteo 3, 14-17)
Salmo
Que todas las criaturas te den gracias, Señor, / que te bendigan tus fieles; / que proclamen la gloria de tu reinado, / que hablen de tus hazañas R.
Explicando tus hazañas a los hombres, / la gloria y majestad de tu reinado. / Tu reinado es un reinado perpetuo, / tu gobierno va de edad en edad. R.
El Señor es justo en todos sus caminos, / es bondadoso en todas sus acciones; / cerca está el Señor de los que lo invocan, / de los que lo invocan sinceramente. R.
Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado. (Salmo144)
Evangelio
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
«El Reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces; cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan y reúnen los buenos en canastos, y a los malos lo tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entienden bien todo esto?»
Ellos le contestaron:
«Sí».
El les dijo:
«Ya ven, un letrado que entiende del Reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo».
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.
Reúnen los peces buenos en canastos y tiran los malos (Mateo 13, 47-53)
La renuncia a los bienes y aplausos de esta tierra; la oración perseverante y humilde; la diligencia en el estudio y la investigación: son virtudes que brillaron en san Jerónimo y que son muy propias para todos los que estudian la Biblia. 4 min. 29 seg.
Que la memoria de San Jerónimo nos aliente a enamorarnos más de las Escrituras y a tener esperanza en la poderosa gracia del Señor que nos salva de nuestros pecados. 6 min. 20 seg.
San Jerónimo con su vida nos muestra qué hacer cuando estamos desengañados: trabajar en nosotros mismos creciendo en la dedicación, el esfuerzo, la humildad y la penitencia. 4 min. 46 seg.
Lecciones de San Jerónimo para alimentarnos de la Palabra de Dios: dedicación; oración; estudio en comunión con la Iglesia; penitencia; compartir el fruto recibido. 25 min. 25 seg.
San Jerónimo además de ser el traductor de la Sagrada Escritura también fue impulsor de la vida consagrada, reformador de costumbres y modelo de estudio y de penitencia. 6 min. 56 seg.
MEMORIA DE SAN JERÓNIMO, PRESBÍTERO Y DOCTOR DE LA IGLESIA - En la fiesta de San Jerónimo reconozcamos la necesidad de acercarnos a las lenguas bíblicas, buscar una buena traducción y tener constancia y ritmo en la lectura de la Palabra de Dios. 7 min. 5 seg.
Enseñanzas de San Jerónimo: necesidad de acercarte a las lenguas de la Biblia, el griego y el hebreo; conoce el latín pero no lo idolatres y habitar en la Palabra de Dios, hacerla vida y que guíe tus decisiones. 6 min. 49 seg.
San Jerónimo nos enseña el amor a la Palabra de Dios, el amor a las lenguas de la Biblia, que nuestro carácter no es un estorbo para llegar a Dios y que dominar nuestro cuerpo nos une a la Pasión del Señor. 9 min. 40 seg.
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1.1 Era y sigue siendo cierto que "la virtud está en el medio," como reza el antiguo aforismo. Y sin embargo, Jerónimo es uno de esos personajes que parecen desafiar lo sensato y lo usual, aunque su manera de exageración no es fruto de la locura sino de un afán inmenso de radicalidad y un deseo insaciable de responder al absoluto de Dios.
1.2 Jerónimo comprendió que habías sido amado "exageradamente" y, a su propio estilo quiso responder en la misma proporción. Su manera de hacer penitencia, su predicación apasionada del ideal de la consagración monástica y virginal, su estilo rudo de responder las objeciones, corresponden a un temperamento intenso, no exento de imperfecciones, pero igualmente fascinante en su contagioso impulso.
2. Cristo y las Escrituras
2.2 A Jerónimo debemos también una de las primeras traducciones de las Escrituras al latín, lo que dio origen a la llamada Vulgata. Esa palabra indica que se trata de una traducción para di-vulgar, una traducción para el "vulgo." Según eso, resulta paradójico que luego haya habido quienes quieran usar el latín para mantener una sacralidad basada en que las palabras no se entiendan, como si el ocaso de la inteligencia fuera el preludio necesario para el amanecer de la fe y del misterio.
2.1 La radicalidad de Jerónimo está bien sintetizada en un ideal que es a la vez intelectual y espiritual: desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo. Esta no es solamente una invitación a leer más o mejor la Biblia; es la conciencia de que la carne de Cristo es real, y también que lo que creamos y prediquemos de Cristo no viene de un conjuntod e ideas, sino de una historia que se entronca y enmarca en los límites comprobables y concretos de la historia de un pueblo, Israel. Esta clase de realismo es la que impide que Jesús se vuelva un objeto de fantasía, de mitología o de ideología.