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Estos dos Santos han sido junto con San Lucas, los Patronos de los médicos católicos. En oriente los llaman "los no cobradores", porque ejercían la medicina sin cobrar nada a los pacientes pobres.
Lo único que les pedían, era que les permitieran hablarles por unos minutos acerca de Jesucristo y de su Evangelio.
Lisias, el gobernador de Cilicia, se disgustó mucho, porque estos dos hermanos propagaban efectivamente el cristianismo. Trató inútilmente de que dejaran de predicar.
Como no lo consiguió, mandó echarlos al mar. Pero una ola gigantesca los sacó sanos y salvos a la orilla. Entonces, los envió a ser quemados vivos, pero las llamas no los tocaron y en cambio quemaron a los verdugos que los querían atormentar.
El mandatario pagano ordenó que les cortaran la cabeza. Finalmente, derramaron su sangre por proclamar el amor al Divino Salvador.
Junto a la tumba de los dos hermanos gemelos, empezaron a obrarse milagrosas curaciones. El emperador Justiniano de Constantinopla, padeciendo de una grave enfermedad, se encomendó a estos dos Santos Mártires y fue curado inexplicablemente.
H. Tlapacoyan, Ver., México - Te deseo de todo corazón mucha dicha y felicidad en tu corazón, pues te amo, te quiero muchisísimo y por eso deseo que no sufras, que todo te sea felicidad y que todos lo tropiezos de la vida te hagan mas fuerte y que nada ni nadie te detenga para que alcances lo mas deseado en tu vida.
Restrepo-Meta, Colombia - Aniversario de la Fundación de la Comunidad de la Inmaculada Concepción. Bendiciones a todos sus sacerdotes, diáconos, novicios, profesos, aspirantes, deseamos nuestro amado Dios los colme con su gracia, su amor y su misericordia.
En aquellos días, el rey Darío escribió a los gobernantes de Transeufratina: "Permitid al gobernador y al senado de Judá que trabajen reconstruyendo el templo de Dios en su antiguo sitio. En cuanto al senado de Judá y a la construcción del templo de Dios, os ordeno que se paguen a esos hombres todos los gastos puntualmente y sin interrupción, utilizando los fondos reales de los impuestos de Transeufratina. La orden es mía, y quiero que se cumpla a la letra. Darío."
De este modo, el senado de Judá adelantó mucho la construcción, cumpliendo las instrucciones de los profetas Ageo y Zacarías, hijo de Idó, hasta que por fin la terminaron, conforme a lo mandado por el Dios de Israel y por Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia. El templo se terminó el dia tres del mes de Adar, el año sexto del reinado de Darío. Los israelitas, sacerdotes, levitas y resto de los deportados, celebraron con júbilo la dedicación del templo, ofreciendo con este motivo cien toros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y doce machos cabríos, uno por tribu, como sacrificio expiatorio por todo Israel. El culto del templo de Jerusalén se lo encomendaron a los sacerdotes, por grupos, y a los levitas, por clases, como manda la ley de Moisés. Los deportados celebraron la Pascua el día catorce del mes primero; como los levitas se habían purificado, junto con los sacerdotes, estaban puros e inmolaron la víctima pascual para todos los deportados, para los sacerdotes, sus hermanos, y para ellos mismos.
En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces lo avisaron: "Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte." Él les contestó: "Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra."
Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra (Lucas 8,19-21)
Dios hiere y venda la herida; corrige y regala esperanza a la vez. Se vale incluso de paganos para hacer bien a sus elegidos. Estos celebran la Pascua y así aprenden que la victoria de Dios no queda encerrada en el pasado. 10 min. 27 seg.
La palabra de Cristo y el amor de Cristo inauguran un modo nuevo de relación que da origen a la familia de Dios, ya desde la tierra, y para la eternidad. 4 min. 26 seg.
Jesús nos enseña que la familia de fe es quien nos alimenta, nos sostiene y nos da fuerza porque allí se vive realmente la fe y se pone en primer lugar a Cristo. 5 min. 21 seg.
La vida de la gracia genera nuevos, hermosos y muy fuertes vínculos de unión que nos hacen familia de Dios, de un modo que supera a la carne y la sangre. 5 min. 31 seg.
1.1 La síntesis más amarga del dolor de Israel en el Antiguo Testamento es, sin lugar a dudas, la destrucción del templo, a manos de Nabucodonosor y sus secuaces. El templo se había convertido en el gran símbolo de la unidad del pueblo, de su elección singular, de la santidad de su llamado, de la cercanía del Señor, de la posibilidad siempre abierta del perdón, de la fidelidad incondicional de Dios... Un día ese templo, devastado y profanado, tuvo que ver partir inermes y dolidos a los judíos, sin más defensas que sus lágrimas ni más consuelo que sus recuerdos.
1.2 Sabiendo esto, algo entendemos del gozo intenso y como comprimido que destila la primera lectura. El hagiógrafo ha querido dejarnos algo así como el testimonio "histórico" de cómo sucedió eso de que el pueblo otrora desterrado ahora pudiera volver a su patria y reconstruir su amado templo... ¡con dinero de paganos! Era como sentir que, de alguna manera estaban resarciendo lo que antes destruyeron y estaban reconstruyendo lo que antes arrasaron.
1.3 El texto, pues, quiere insistir en esos dos elementos: que la reconstrucción fue como un acto de justicia, y que el orden querido por Dios y expresado en la ley de Moisés quedó realmente restablecido. La pureza ha vencido a la profanación, la verdad se ha impuesto, la culpa ha sido expiada, el orden querido por el Señor ha vuelto a su cauce... Son pensamientos bellos, que algo nos dicen de la victoria de Dios al final de los tiempos, pero que ciertamente rayan en el triunfalismo si somos realmente críticos con los acontecimientos tales como se dieron.
1.4 En todo caso, no seamos duros contra el entusiasmo de quien redactó, guiado por el Espíritu Santo, tales palabras que destilan entusiasmo. Ese ánimo, casi ingenuo, que pareciera decir: "aquí no ha pasado nada", es también un regalo del amor divino, que en esos momentos nos deja aspirar el aroma del mundo nuevo, o quizá de la creación, en su primer día. ¿No has vivido nunca esa experiencia de ver y oler el mundo como si recién hubiera salido de las manos del Creador..? Se parece a la alegría cándida y rebosante que muchas veces sentimos al salir de una buena confesión.
2. No estaban afuera, estaban adentro
2.1 Mi madre y mis hermanos no están "afuera", dice Cristo, están "adentro". No salen de mí cuando se alejan ni vuelven cuando se acercan.
2.2 Mi madre y mis hermanos quieren VERME, dice Cristo, pero yo quiero que me OIGAN, que oigan mi palabra. Todos quieren ver, pero es más importante oír, porque el oído va conectado a la obediencia, y la obediencia a la transformación de la propia vida.
2.3 Mi madre, dice Cristo, está allí donde mi palabra se cree; mis hermanos están allí donde se hace caso a mi evangelio. No falta María en donde se predica bien; no falta la Iglesia donde resuena la gracia.