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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Domingo, Junio 15 de 2008[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Ciclo A, Tiempo Ordinario,
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Lectura: |
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1a. |
Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa (Éxodo 19,2-6a) |
2a. |
Si fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón seremos salvados por su vida! (Romanos 5, 6-11) |
Evangelio |
Llamando a sus doce discípulos, los envió (Mateo 9,36-10,8) |
Núm. |
Datos |
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Más... |
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1 |
1996/06/16 |
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1996/06/16 |
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1999/06/13 |
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4 |
2002/06/16 |
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5 |
2008/06/15 |
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6 |
2023/06/18 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1 |
1. Dos extremos1.1 El ser humano es curioso: a veces se cree demasiado y a veces demasiado poco, y así rebota entre dos extremos, la soberbia y la desesperación. 1.2 ¿Qué tienen en común esos extremos? Que ambos omiten la relación única que cada uno de nosotros está llamado a tener con Dios. La soberbia pretende quitar a Dios para endiosar al hombre; la desesperación pretende quitar a Dios aniquilando al hombre. Para la soberbia somos "dios;" para la desesperación somos "nada." Y entre esa divinidad falsa y esa nada engañosa podemos naufragar, o a lo menos perder buena parte de nuestra vida y de su alegría. 1.3 El hombre soberbio no cree que exista un Dios que lo llame; el hombre desesperado en su nada no cree que Dios tenga una llamada para él. El primero preferiría que ese Dios no existiera, para no tener competencia; el segundo desearía que ese Dios existiera, para tener salvación. 2. Elegidos de Dios2.1 El tema de este domingo es la elección. Al elegirnos, Dios destruye nuestra soberbia, porque se muestra como Señor y como aquel que va adelante señalando el camino. Al elegirnos, Dios también pulveriza nuestra desesperación y hace nacer de modo maravilloso la esperanza. El Dios que elige se muestra como Providencia y como aquel que acepta nuestro pasado y nos abre su futuro. 2.2 La primera lectura de hoy nos presenta al pueblo elegido. Dios ha creado este pueblo, lo ha sacado de donde era impensable: del robusto poder del altanero faraón, que se creía él mismo de raza divina. Dios eligiendo crea y creando elige. La elección es como una nueva creación que pone al elegido completamente en manos de su Creador. Con razón, pues, dice el Señor: "si me obedecen fielmente y guardan mi alianza, ustedes serán el pueblo de mi propiedad entre todos los pueblos." 2.3 Notemos, aunque sea de paso, que estas palabras, aunque heredadas por nosotros los cristianos, nunca han dejado de ser propias del pueblo de la primera alianza, cuya descendencia según la carne y la sangre son los judíos. Cualquier maltrato al judío por ser judío es una ofensa contra Dios. 3. Elegidos y Salvados3.1 Así como los israelitas fueron salvados cuando fueron llamados y elegidos, así también nosotros hemos sido llamados y elegidos, y de esa manera, salvados en Cristo Jesús. Es lo que nos recuerda el apóstol san Pablo en la segunda lectura de hoy. 3.2 Si los israelitas fueron rescatados, elegidos y salvados de las manos del faraón, que era tenido como un todopoderoso, nosotros hemos sido rescatados, elegidos y salvados de otro poder que no por menos visible es menos real. Al contrario, tan grande es este poder, del que nos habla Pablo, que era dueño del faraón y es quien en el fondo gobierna a los que creen que gobiernan, cuando gobiernan para sí mismos. Hablamos del pecado, por supuesto. Pablo constata: "no teníamos fuerzas para salir del pecado." Muchos podríamos suscribir esas palabras. 3.3 Pero hemos sido llamados y elegidos. Cristo, especialmente en el misterio de la Cruz, es la presencia apremiante del amor divino. Pablo destaca la grandeza de ese amor: "Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un justo. La prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores." Esas palabras conservan todo su valor y su fuerza hoy, como el primer día. 4. Los Apóstoles, en dos sentidos "Llamados"4.1 Los apóstoles son "llamados" porque hay alguien que los llamó, Jesucristo. Por eso hemos escuchado hoy que el Señor "llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias." 4.2 Pero los apóstoles son también "llamados" porque Dios nos está llamando a través de ellos. Ellos son los llamados vivos del corazón compasivo de Cristo. Si Cristo eligió apóstoles, ello no se debió sólo a una decisión táctica o práctica. Los textos del evangelio, como están dispuestos para la liturgia de la palabra de este domingo, enfatizan el enlace que hay entre la misericordia de Cristo, que ve la necesidad de operarios, y la resolución de Cristo de constituir como apóstoles suyos a estos Doce. 4.3 Descubrimos así que el llamado particular al ministerio es algo que brota de las entrañas de piedad de Jesús. Cada sacerdote, en particular, y cada vocación, ha nacido ahí: en un corazón que inventa y crea siempre caminos nuevos para expresar su amor y para rescatar a sus pequeños y pobres. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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