LA GRACIA 2024/02/03 La hija mayor del egoísmo es la indiferencia

Pidámosle al corazón compasivo del Señor, que como muestra de esa compasión cambie nuestros corazones indiferentes y los abra al misterio de la misericordia

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LA GRACIA del Domingo 1 de Septiembre de 2019

DOMINGO XXII TIEMPO ORDINARIO, CICLO C

Queremos ser dueños de todo pero Jesucristo quiere sanarnos de esta enfermedad, que le prestemos atención a quienes hemos olvidado por nuestro egoísmo.

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Cuidado con el nuevo individualismo

“Los adultos suelen denunciar que un amplio sector de los jóvenes viven hoy sólo para la satisfacción inmediata de sus deseos. Sólo les interesa el disfrute de lo instantáneo, lo que ocurre en cada instante, de lo que sólo dura un momento. De ese modo reducen la temporalidad al tiempo presente, a lo fugaz, a lo que dura apenas un relámpago en el cielo: el pasado ya no existe; el futuro todavía no es…”

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Gente de Espiritu, 4 de 5, Obstaculos al Evangelio, 2a parte

Gente de Espíritu: Retiro Espiritual para Coordinadores de la Renovación Carismática Católica en Lima, Perú. Tema 4: Obstáculos contemporáneos al Evangelio, parte 2.

* GNO = Gnosis (en sentido muy amplio). Es la pretensión de que el ser humano, si llega al conocimiento (gnosis) de las instrucciones apropiadas, puede por sí mismo obtener éxito, hallar sentido a su vida, lograr la felicidad, conquistar todas sus metas.

* Para el gnosticismo, Cristo es un maestro (uno entre muchos), e incluso un modelo sublime, pero no es el Salvador. Su muerte es aparente, o en todo caso, carente de valor para nosotros, a no ser, tal vez, como una muestra de coherencia. El gnosticismo niega el centro de nuestra fe: la obra transformante y redentora de la gracia divina, otorgada en razón de Cristo.

* Ese tipo de valoración del conocimiento se da en muchas expresiones contemporáneas, desde el chamanismo hasta el yoga; desde la Nueva Era hasta la masonería, o el control mental.

* MCB = “Mi Casa está Bien.” Esta es una forma individualista y cómoda de pensamiento, de origen pequeño-burgués, que cree que basta con asegurar el bien del propio espacio familiar sin dar mayor trascendencia a los problemas y las causas sociales “macro,” las que afectan a la sociedad en su conjunto.

* Es un error que se paga muy caro porque las políticas sociales y la normativa legal que nos afectará a todos se construye al margen de principios católicos, sencillamente porque los católicos están metidos en sus casa creyendo que todo está bien.

Hay que superar la etica individualista

30. La profunda y rápida transformación de la vida exige con suma urgencia que no haya nadie que, por despreocupación frente a la realidad o por pura inercia, se conforme con una ética meramente individualista. El deber de justicia y caridad se cumple cada vez más contribuyendo cada uno al bien común según la propia capacidad y la necesidad ajena, promoviendo y ayudando a las instituciones, así públicas como privadas, que sirven para mejorar las condiciones de vida del hombre. Hay quienes profesan amplias y generosas opiniones, pero en realidad viven siempre como si nunca tuvieran cuidado alguno de las necesidades sociales. No sólo esto; en varios países son muchos los que menosprecian las leyes y las normas sociales. No pocos, con diversos subterfugios y fraudes, no tienen reparo en soslayar los impuestos justos u otros deberes para con la sociedad. Algunos subestiman ciertas normas de la vida social; por ejemplo, las referentes a la higiene o las normas de la circulación, sin preocuparse de que su descuido pone en peligro la vida propia y la vida del prójimo.

La aceptación de las relaciones sociales y su observancia deben ser consideradas por todos como uno de los principales deberes del hombre contemporáneo. Porque cuanto más se unifica el mundo, tanto más los deberes del hombre rebasan los límites de los grupos particulares y se extiende poco a poco al universo entero. Ello es imposible si los individuos y los grupos sociales no cultivan en sí mismo y difunden en la sociedad las virtudes morales y sociales, de forma que se conviertan verdaderamente en hombres nuevos y en creadores de una nueva humanidad con el auxilio necesario de la divina gracia.

[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 30]

Soledad y soledades

Hay una soledad buena y necesaria: la que nos lleva a buscar el encuentro sincero, de corazón a corazón, con el Señor. Esta soledad se ve amenazada por el ruido y los múltiples ídolos de nuestro tiempo. Por contraste, en cambio, hay una soledad mala, la propia del egoísmo y de la mirada que sólo sabe desconfiar del prójimo, engendrando dureza en el alma y paranoia y depresión en la mente. Distinguir entre estas soledades, y cómo preservar la primera y no caer en la segunda, es vital. Predicación en la Asociación “María Santificadora.”