Quien se robo mi familia?

Detrás de la inestabilidad que afecta a millones de familias en todo el mundo hay razones profundas. Una imagen simplista del poder de la tecnología nos ha acostumbrado a que el esfuerzo y el sufrimiento no tienen sentido. Marcadas así por un egoísmo cómodo, las parejas están prontas a tomar la vía de la separación como lo “normal” y lo socialmente aceptable. Una respuesta real implica una mirada nueva y agradecida a la Cruz de Cristo.

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190. Todo Lo Que Tu No Puedes, Parte II

190.1. El padecimiento de la Cruz es la expresión más perfecta de lo que significa el saludable y noble conocimiento de sí mismo. Por eso dijo el Señor: «el que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí» (Mt 10,38). Es interesante que compares esta frase con otra de Jesucristo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» (Mt 16,24; Mc 8,34; Lc 9,23). Parece que de estas dos, la primera, la de la “dignidad” debe entenderse según Lc 14,27: «El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío.”

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