Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna;
pero volviste a sorprenderte a tí mismo riendo sin parar.
Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor;
y luego apareció esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más.
Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir;
y conociste a ese amigo que te hizo reír y llorar, en los mejores y en los peores momentos.
