PERDONAR, SANAR, RESTAURAR, RENOVAR…
“El mayor espectáculo del mundo es ver un hombre esforzado luchando solo contra la adversidad; pero hay uno todavía más sorprendente y es el ver a otro hombre lanzarse en su ayuda sin que este se lo pida”
Valores humanos: viviendo la sobriedad. Vivir la sobriedad nos permite controlar nuestros deseos e impulsos, sin embargo no siempre es fácil saber aplicar este valor en la vida ordinaria.
Porque existen recuerdos, situaciones, acontecimientos, personas, que más que huellas han dejado heridas en el alma y se convierten en la piedra en el zapato que no nos deja avanzar puesto que duele y lastima cada vez que intentamos caminar. Por esto urge, es necesario aprender a perdonar…

Al comienzo de la Misa confesamos públicamente que somos pecadores de pensamiento, palabra, obra… y omisión. Siempre he creído que la parte de la omisión la omitimos demasiado en demasiadas consideraciones relativas a nuestra fe y nuestra vida cristiana. por definición lo omitido es aquello a lo que uno no ha prestado la atención, el cuidado o el esfuerzo que se merece; ello mismo hace que uno esté como predispuesto a seguir ignorando lo que ya ha empezado a ignorar, y así las omisiones se apilan unas sobre otras, endureciendo de paso la conciencia.
Hace varios años tuve ocasión de predicar un retiro espiritual a un grupo de religiosas en Loja. Ya con ocasión de ese viaje aprendí, como colombiano que soy, a amar a nuestro vecino y hermano país, el Ecuador. Mi sentimiento de afecto y mi deseo de toda bendición para esa querida nación han aumentado con motivo de la