El amor de la Madre de Cristo hacia nosotros tiene su raíz en el mismo Cristo, pues es Él quien reina en nuestras vidas y es Él a quien María desea ver crecer y reinar en todo lo que hacemos, decimos y deseamos.
Dios es nuestro Dios, y Jesus es su Profeta
Jesús es el profeta definitivo, aquel que expresa en cercanía y poder la verdad, bondad y majestad de Dios.
LA GRACIA del Martes 31 de Enero de 2012
David sabe encontrar razones más altas que la utilidad, la costumbre o el propio interés.
La TV y tus hijos: cifras preocupantes
LA GRACIA del Lunes 30 de Enero de 2012
Cuando la vida te “pincha” sale lo que tienes dentro. David fue pinchado por dura oposición y traición, y mostró que adentro llevaba aceptación profunda del querer de Dios.
Audio de oraciones y predicaciones en vivo
Anatomia de un pecado
David creía que tenía todo bajo control: se engañó, y las consecuencias fueron duras y durables.
LA GRACIA del Domingo 29 de Enero de 2012
La autoridad de Cristo significa que nosotros somos su obra.
La incondicionalidad del amor
El amor conyugal debe compaginarse con el respeto a la vida humana
51. El Concilio sabe que los esposos, al ordenar armoniosamente su vida conyugal, con frecuencia se encuentran impedidos por algunas circunstancias actuales de la vida, y pueden hallarse en situaciones en las que el número de hijos, al manos por ciento tiempo, no puede aumentarse, y el cultivo del amor fiel y la plena intimidad de vida tienen sus dificultades para mantenerse. Cuando la intimidad conyugal se interrumpe, puede no raras veces correr riesgos la fidelidad y quedar comprometido el bien de la prole, porque entonces la educación de los hijos y la fortaleza necesaria para aceptar los que vengan quedan en peligro.
Hay quienes se atreven a dar soluciones inmorales a estos problemas; más aún, ni siquiera retroceden ante el homicidio; la Iglesia, sin embargo, recuerda que no puede hacer contradicción verdadera entre las leyes divinas de la transmisión obligatoria de la vida y del fomento del genuino amor conyugal.
Pues Dios, Señor de la vida, ha confiado a los hombres la insigne misión de conservar la vida, misión que ha de llevarse a cabo de modo digno del hombre. Por tanto, la vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables. La índole sexual del hombre y la facultad generativa humana superan admirablemente lo que de esto existe en los grados inferiores de vida; por tanto, los mismos actos propios de la vida conyugal, ordenados según la genuina dignidad humana, deben ser respetados con gran reverencia. Cuando se trata, pues, de conjugar el amor conyugal con la responsable transmisión de la vida, la índole moral de la conducta no depende solamente de la sincera intención y apreciación de los motivos, sino que debe determinarse con criterios objetivos tomados de la naturaleza de la persona y de sus actos, criterios que mantienen íntegro el sentido de la mutua entrega y de la humana procreación, entretejidos con el amor verdadero; esto es imposible sin cultivar sinceramente la virtud de la castidad conyugal. No es lícito a los hijos de la Iglesia, fundados en estos principios, ir por caminos que el Magisterio, al explicar la ley divina reprueba sobre la regulación de la natalidad.
Tengan todos entendido que la vida de los hombres y la misión de transmitirla no se limita a este mundo, ni puede ser conmensurada y entendida a este solo nivel, sino que siempre mira el destino eterno de los hombres.
[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 51]
Que es teologia, en pocas y buenas palabras
Tomas de Aquino, nuestro hermano en la fe
La serie de la SUMA CONVERSACIÓN tiene un único propósito: acercar el pensamiento de Santo Tomás a las cuestiones de nuestro tiempo, así como mostrar la fecundidad permanente de las grandes cuestiones de todos los tiempos.
Estos son los volúmenes disponibles en Youtube: 1, 2, 3, 4, 5, 6.
¡Conoce y difunde esta iniciativa de formación profunda en nuestra fe católica!
LA GRACIA del Sabado 28 de Enero de 2012
Para nosotros, Tomás de Aquino es, ante todo, un hermano en la fe.
LA GRACIA del Viernes 27 de Enero de 2012
Aunque admiramos a seres humanos, nuestra admiración no nos hace ciegos: sólo Dios es perfecto.
Agencia Catolica Venezolana de Noticias
Educacion Catolica, 014
¿Qué es educar?
15. Etimológicamente hablando educación proviene del latín Educare (guiar) y de Educere (sacar a la luz).
La educación católica es una dinámica de dos procesos: uno que guía al educando y otro que propicia que los dones de Dios recibidos en el Bautismo, guardados en el interior del bautizado, salgan a la luz para conformarle una personalidad que manifieste la de Cristo.
La palabra “pedagogía”, la cual involucra una ciencia y un hecho educativo, proviene del griego paidagogeo; en el cual paidos significa “niño” y ágo significa “líder”, o sea, pedagogía o educar significa: “dirigir al niño”.
Ahora bien, un principio católico muy fundamental e importante es:
“En verdad os digo, si no os volviereis y os hiciereis como niños, no entraréis al reino de los cielos” (Mt 18, 3).
Entonces, si no nos convertimos y no nos hacemos como niños, no entraremos al Reino de Dios, lo cual es una de las metas u objetivos primordiales de la educación y la religión católica.
Y como Pedagogía, o sea, como ciencia de la educación, implica “dirigir al niño”, si no pedimos al Padre celestial nos haga niños, entonces no hay conducción, educación y enseñanza católica.
Nuestra alma necesita ser vivificada y puesta en actividad, para que depurada y renovada, se asemeje a un niño tierno, inocente y puro. Y para que el Niño Dios pueda nacer y crecer en ella. Pues “hacerse como niño” no es hacer infantilismos, sino que implica un cambio profundo del ser y el surgimiento de un Nuevo Ser en él:
“‘Hacerse niño’ con relación a Dios es la condición para entrar en el Reino (cf. Mt 18, 3-4); para eso es necesario abajarse (cf. Mt 23, 12), hacerse pequeño; más todavía: es necesario ‘nacer de lo alto’ (Jn 3,7), ‘nacer de Dios’ (Jn 1, 13) para ‘hacerse hijos de Dios’ (Jn 1, 12).
“El Misterio de Navidad se realiza en nosotros cuando Cristo ‘toma forma’ en nosotros (Ga 4, 19). Navidad es el Misterio de este ‘admirable intercambio’: El Creador del género humano, tomando cuerpo y alma, nace de una virgen y, hecho hombre sin concurso de varón, nos da parte en su divinidad” (CEC 526).
La educación católica verdadera involucra una educación para el hombre exterior, una para el alma y otra para el Niño Dios que nace y crece en el alma. Cristo debe “tomar forma” en nosotros para que la educación y la enseñanza sean reales, es decir, para que sean en Espíritu y Verdad.
[Texto original de Juan de Jesús y María.]





