Las razones de nuestra alegría no están en que las cosas vayan bien sino en que, gracias a Dios, pueden mejorar realmente.
LA GRACIA del Sabado 15 de Diciembre de 2012
Grave contradicción padeció Juan Bautista: admirado pero poco obedecido.
Testimonio de una mujer criada por una pareja de homosexuales
Una mujer canadiense que fue criada en un hogar homosexual se dedica ahora a asistir a otras personas que atraviesan por la misma situación y a pedir a los gobiernos del mundo que protejan el matrimonio entre hombre y mujer.
Según informa ForumLibertas. org, Dawn Stefanowicz vive en Ontario, Canadá, con su esposo de toda la vida y sus dos hijos, a los que ha educado en casa. Actualmente prepara su autobiografía y desarrolla un ministerio especial desde el sitio web (en inglés) http://www.dawnstef anowicz.com/: Brinda ayuda a otras personas que como ella crecieron a cargo de un padre homosexual y fueron expuestos a este estilo de vida.
Stefanowicz explica en el sitio web “cómo en su infancia estuvo expuesta a intercambios de parejas gays, playas nudistas y la falta de afirmación en su feminidad, cómo le hirió el estilo de vida en el que creció, y ofrece ayuda, consejo e información para otras personas que han crecido heridas en un entorno de ‘familia’ gay, un estilo de ‘familia’ que ella no desea para nadie y que cree que las leyes no deberían apoyar”.
Su testimonio:
En su relato, Stefanowicz explica que debido a una enfermedad grave de su madre debió quedar al cuidado de su padre homosexual cuando aún era una niña. “Estuve expuesta a un alto riesgo de enfermedades de transmisión sexual debido al abuso sexual, a los comportamientos de alto riesgo de mi padre y a numerosas parejas”, relata.
“Incluso cuando mi padre estaba en lo que parecían relaciones monógamas, continuaba haciendo ‘cruising’ buscando sexo anónimo. Llegué a preocuparme profundamente, a amar y entender con compasión a mi padre. Compartía conmigo lo que lamentaba de la vida. Desgraciadamente, siendo niño unos adultos abusaron sexual y físicamente de él. Debido a esto, vivió con depresión, problemas de control, estallidos de rabia, tendencias suicidas y compulsión sexual. Intentaba satisfacer su necesidad por el afecto de su padre, por su afirmación y atención, con relaciones promiscuas y transitorias. Las (ex) parejas de mi padre, con los que traté y llegué a apreciar con sentimientos profundos, vieron sus vidas drásticamente acortadas por el SIDA y el suicidio. Tristemente, mi padre murió de SIDA en 1991”, recuerda.
Según Stefanowicz las “experiencias personales, profesionales y sociales con mi padre no me enseñaron el respeto por la moralidad, la autoridad, el matrimonio o el amor paterno. Me sentía temerosamente acallada porque mi padre no me permitía hablar de él, sus compañeros de casa, su estilo de vida y sus encuentros en esa subcultura. Mientras viví en casa, tuve que vivir según sus reglas”.
“Sí, amaba a mi padre. Pero me sentía abandonada y despreciada porque mi padre me dejaba a menudo para estar varios días con sus compañeros. Sus parejas realmente no se interesaban por mí. Fui dañada por el maltrato doméstico homosexual, las tentativas sexuales con menores y la pérdida de parejas sexuales como si las personas fueran sólo cosas para usar. Busqué consuelo, busqué el amor de mi padre en diversos novios a partir de los 12 años”, sostiene.
Stefanowicz recuerda que “desde corta edad, se me expuso a charlas sexualmente explícitas, estilos de vida hedonistas, subculturas GLBT y lugares de vacaciones gay. El sexo me parecía gratuito cuando era niña. Se me expuso a manifestaciones de sexualidad de todo tipo incluyendo sexo en casas de baño, travestismo, sodomía, pornografía, nudismo gay, lesbianismo, bisexualidad, voyeurismo y exhibicionismo. Se aludía al sadomasoquismo y se mostraban algunos aspectos. Las drogas y el alcohol a menudo contribuían a bajar las inhibiciones en las relaciones de mi padre”.
“Mi padre apreciaba el vestir unisex, los aspectos de género-neutro, y el intercambio de ropas cuando yo tenía 8 años. Yo no veía el valor de las diferencias biológicamente complementarias entre hombre y mujer. Ni pensaba acerca del matrimonio. Hice votos de no tener nunca hijos, porque no crecí en un ambiente de hogar seguro, sacrificial, centrado en los niños”, señala.
Las consecuencias
“Más de dos décadas de exposición directa a estas experiencias estresantes me causaron inseguridad, depresión, pensamientos suicidas, miedo, ansiedad, baja autoestima, insomnio y confusión sexual. Mi conciencia y mi inocencia fueron seriamente dañados. Fui testigo de que todos los otros miembros de la familia también sufrían”, sostiene Stefanowicz.
Ella asegura que sólo después de haber tomado las decisiones más importantes de su vida, empezó a darse cuenta de cómo la había afectado crecer en ese ambiente.
“Mi sanación implicó mirar de frente la realidad, aceptar las consecuencias a largo plazo y ofrecer perdón. ¿Podéis imaginar ser forzados a aceptar relaciones inestables y prácticas sexuales diversas desde corta edad y cómo afectó a mi desarrollo?. Desgraciadamente, hasta que mi padre, sus parejas sexuales y mi madre murieron, no pude hablar públicamente de mis experiencias” , explica.
“Al final, los niños serán las víctimas reales y los perdedores del matrimonio legal del mismo sexo. ¿Qué esperanza puedo ofrecer a niños inocentes sin voz? Gobiernos y jueces deben defender el matrimonio entre hombre y mujer y excluir todos los otros, por el bien de nuestros niños”, concluye.
Fuente original: ACIPRENSA
Dias de precepto
LA GRACIA del Viernes 14 de Diciembre de 2012
El adviento no es sólo dulce espera o amable camino al encuentro: implica quitar obstáculos.
El Espiritu y la Cruz
9. Respecto a la C que representa a la Cruz de Cristo, queridos hermanos nacidos de la oración sempiterna de Cristo, la cual da origen a la Iglesia y la conserva, y la lleva cada vez a más perfección, recordemos la condición que nos muestra el Magisterio, para introducirse en el ABC de la oración.
Para que llegue y se establezca el Espíritu Santo a nuestra alma es necesario aceptar y unirnos a la Cruz del Redentor: “No se da el envío del Espíritu Santo (después del pecado original) sin la Cruz y la Resurrección” (DEV 24).
Esto implica que nuestra oración crece en dones, gracias y carismas en la medida que nos unimos al Misterio Pascual, es decir, a la Pasión, Cruz, Muerte y Resurrección de nuestro Señor. Es más, podemos decir que la medida del avance en la ciencia y arte de la oración, la da la medida en que nos unamos al Misterio Pascual; lo cual es un proceso que desemboca en la unión plena con Cristo; y trae consigo la gracia de hacer oración por Él, con Él y en Él.
La elevación en la oración, conlleva la conformación cada vez más plena con Jesús. Lo seguimos, conformándonos y uniéndonos con Él, hasta el Matrimonio Místico con Él y en Él. De tal manera que el orante (discípulo) avanzado llega a ser Alter Christus, o sea, Otro Cristo, con el Espíritu Santo en el seno del Padre.
El avance en la Escuela de Oración trae consigo también vida y muerte, o sea, el fiel vive de Cristo, con Cristo y en Cristo; y muriendo con Cristo, muere para surgir una nueva creación, nacida de germen inmortal: una nueva persona, un nuevo yo y un nuevo ser hecho uno con Cristo.
[Autor: Juan de Jesús y María.]
La Humildad de Cristo, 12 de 12, Votos y Vida Consagrada
[Retiro Espiritual “De Nazareth a la Cruz; de la Cruz a la Luz,” ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, con ocasión de su IX Capítulo General Electivo en Diciembre de 2012.]
Tema 12: Votos y Vida Consagrada

* Tres miradas concurrentes:
(1) La vida comunitaria es el “voto integral.” Allí donde se vive la dimensión comunitaria en plenitud resulta natural vivir en pobreza, castidad y obediencia. Donde la comunidad es frágil o de un ambiente malsano, la observancia de los votos resulta casi imposible.
(2) Los votos no sólo tienen un valor religioso: tocan realidades antropológicas hondas que acontecen allí donde hay seres humanos. El tener, el poder y el disfrutar; el dinero, las decisiones y los afectos: hay modos distintos de describir cómo los votos apuntan a lo más profundo de nuestros anhelos, temores y sueños.
(3) La humildad del cuerpo es la pobreza; la humildad del corazón es la castidad; la humildad de la mente es la obediencia.
La Humildad de Cristo, 11 de 12, El Resucitado
[Retiro Espiritual “De Nazareth a la Cruz; de la Cruz a la Luz,” ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, con ocasión de su IX Capítulo General Electivo en Diciembre de 2012.]
Tema 11: El Resucitado

* En tiempos de Jesús eran famosos los “triunfos,” desfiles ostentosos con que los generales romanos mostraban en la Urbe sus logros, ganando así poder y capacidad de influencia. Lo militar y lo político iban unidos de modo que el despliegue civil de una victoria militar tenía mucho sentido.
* El Resucitado es el caso opuesto. Su victoria es inmensa, cósmica, definitiva, pero no hay triunfalismo en su modo humilde y caritativo de acercarse a los discípulos. ¿Por qué? Porque la ostentación y la opresión son inútiles cuando se trata de convertir corazones, y ese es el propósito de Cristo, en su Encarnación, su ministerio público, su muerte dolorosa en la Cruz, su actuar ya resucitado.
* Impresiona que el Señor Jesús, tanto en su despedida en la Cena, y después, ya resucitado, se abaja con humilde amor ante la obra del Espíritu Santo: “Os conviene que yo me vaya” (Juan 16,7), y “Aguardad la Promesa del Padre” (Hechos 1,4-5).
* Es el Espíritu quien nos hace coherederos. Es el Espíritu quien nos hace hijos, y es nuestra filiación la que nos permite participar de la vida propia del Hijo.
La Humildad de Cristo, 10 de 12, Eucaristia
[Retiro Espiritual “De Nazareth a la Cruz; de la Cruz a la Luz,” ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, con ocasión de su IX Capítulo General Electivo en Diciembre de 2012.]
Tema 10: Eucaristía

* Una de las expresiones más elocuentes de la humildad de cristo es su presencia viva de donación y amor en la Divina Eucaristía.
* Ante todo, se trata de la “Última Cena.” El sentido de lo “último” no es el del comercio y la publicidad actuales, para los cuales la “última” colección es sólo la última que ha salido al público. En la Biblia, lo “último” indica aquello que ya no tiene sucesor, es decir: lo definitivo. La Última Cena es entonces aquella en la que se da el todo de Cristo: es su ofrenda, su holocausto de amor.
* Para la catequesis es necesario recordar esa primacía de la dimensión sacrificial. Elimínese la idea de que la Eucaristía es una grata comida de amigos que se sienten a gusto unos con otros.
* El lavatorio de los pies es en sí mismo una expresión de humildad, por ser tarea de esclavo. Pero dice más: los pies lavados son la acogida, el hacer sentir en casa. Lavar los pies en la Última Cena es invitar a quedarse para siempre en el espacio del amor de comunión ofrecido en Cristo.
* La Última Cena es comida pascual. No mira sólo al pasado. Celebra algo que está sucediendo; es transformante. Comer la Pascua es volverse Pascua.
La Humildad de Cristo, 09 de 12, Maria y los Pobres de YHWH
[Retiro Espiritual “De Nazareth a la Cruz; de la Cruz a la Luz,” ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, con ocasión de su IX Capítulo General Electivo en Diciembre de 2012.]
Tema 9: María y los Pobres de YHWH

* La santidad excepcional de la Virgen María hace que uno fácilmente la vea como un caso también excepcional, y en ese sentido, desconectado de su pasado, y de la gente y cultura de su tiempo. Su santidad se ve entonces como algo ajeno al curso de la historia humana, algo que reposa únicamente en la impenetrable voluntad de Dios, como si se tratar de un capricho. Por supuesto, ese actuar divino no genera inspiración ni responsabilidad alguna de parte de quien no ha recibido esos dones.
* Las cosas cambian cuando se recorre el camino que hizo la fe del pueblo elegido. El desierto ocupa un lugar importante porque es el espacio, físico y existencial, en el que los ídolos aparecen en toda su impotencia, y la providencia de Dios se muestra como revelación de su majestad y soberanía. El despojo del desierto es así paradójicamente una buena noticia: ser llevado al desierto es ser llamado a renovarse en el amor y la fidelidad, como la predicó Oseas.
* Pero el corazón humano no acepta de buen grado esa ley del despojo. Fue una circunstancia forzosa, el destierro a Babilonia, lo que terminó de romper el corazón arrogante e idólatra, de modo que el pueblo que salió de ese abismo de dolor pudo conocerse en su propia miseria y pecado. Es el tono que se encuentra en las confesiones penitenciales de los primeros tres capítulos del libro de Baruc.
* Ese es también el tono humilde del “Pequeño Resto,” cuya nota principal es la humildad y la confianza en Dios. Tal es la espiritualidad de Nazareth, de la Virgen María, y de las bienaventuranzas.
LA GRACIA del Jueves 13 de Diciembre de 2012
La conversión no es complicada: es reconocer que uno no es grande sino pequeño, y que Dios no es pequeño sino grande.
ESCUCHA, Ponte en el personaje!
De cada uno de los personajes, en la escena del paralítico, podemos aprender algo para nuestra vida cristiana.
Sabia Cristo sobre su forma de muerte?
Estoy recibiendo un curso de Cristología, me gusta mucho… Ayer debatíamos sobre algunas cosas, tengo mi opinión, pero me gustaría saber que piensa al respecto:
1. Sabía Jesús que iba a morir?
2. Sino es así, cuándo se enteró?
3. Sabía cómo iba a morir?
4. La Cruz ya estaba destinada por Dios padre para la muerte de Jesús?
Espero me pueda orientar, he leído ya algunos numerales del CIC y también otro libro de Cristología aparte del que estamos leyendo en el curso. Pero aun no tengo seguridad acerca de las respuestas… Mil gracias, saludos desde Guatemala!
* * *
Saber que uno muere es algo que sucede relativamente pronto en la infancia. La afirmación de la verdadera humanidad de Cristo y lo que dice San Lucas, que él creí en edad, sabiduría y gracia, hace suponer que tuvo esa conciencia en algún momento de su edad consciente.
No es ilógico suponer que Cristo vio venir la muerte de Cruz. Era la muerte reservada para los rebeldes al imperio, y como aquellas autoridades judías no podían dar muerte por sí mismos, era lógico que mataran por mano de los romanos, y eso apuntaba hacia la Cruz.
La palabra “destino” tiene muy poco lugar en una perspectiva genuinamente bíblica y de fe cristiana. “destino” suena a alguien que ya vio la película y que cuenta el final, o que manipula las cosas para que acontezca algo. La manera como Dios obra no es esa. pero hay algo que podemos asegurar: de esa manera de muerte vino gran gloria para el Hijo y para Dios, su Padre; y vino gran bien para nosotros.
Fundamentos y limites de la tolerancia en una sociedad plural
La Humildad de Cristo, 08 de 12, El Siervo de YHWH
[Retiro Espiritual “De Nazareth a la Cruz; de la Cruz a la Luz,” ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, con ocasión de su IX Capítulo General Electivo en Diciembre de 2012.]
Tema 8: El Siervo de YHWH

* La segunda parte del libro de Isaías, que va del capítulo 40 al 55, incluye cuatro pasajes que se conocen como “Cánticos del Siervo.” Son textos de hermosa y densa poesía, que han despertado interés y abundante discusión. Se ha dicho que esa figura, arropada en misterio, corresponde al pueblo judío, o a algún profeta en especial, o a los profetas en general, o que alude al Mesías. Lo cierto es que los cristianos, desde tempranas horas de la fe, han leído esa parte de Isaías reconociendo ante todo a Cristo.
* Ejemplo típico es el pasaje del diácono Felipe y el etíope que iba leyendo uno de estos Cánticos en su carruaje. La interpretación de Felipe ve el misterio del Cristo sufriente en la descripción del capítulo 53 de Isaías.
* Estas prefiguraciones tienen un valor inmenso cuando se trata de encontrar el sentido teológico de la Pasión, más allá del sufrimiento más visible, que es el corporal.
La Humildad de Cristo, 07 de 12, Prefiguraciones en el Antiguo Testamento
[Retiro Espiritual “De Nazareth a la Cruz; de la Cruz a la Luz,” ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, con ocasión de su IX Capítulo General Electivo en Diciembre de 2012.]
Tema 7: Prefiguraciones en el Antiguo Testamento

* En su “Homilía sobre la Pascua,” el santo obispo Melitón de Sardes nos invita a reconocer que Cristo y su sufrimiento no son un caso aislado ni un hecho fortuito. Al aceptar su cruz, el Señor se unió a una larga historia de dolores que tiene nombres propios en la Biblia, empezando por el justo Abel.
* La verdad es que hay una especie de ley que tristemente se cumple en este mundo nuestro, herido por el pecado: la inocencia conduce al sufrimiento. Y quienes primero se excluyen de esa ley son ante todo los que la aprovechan para prolongar cadenas de injusticia y violencia.La alternativa parece ser: prolongar la injusticia o detenerla, pero para detenerla, habiendo uno recibido injusticia, hay que tener un alma grande que sepa padecer sin desquitarse, es decir, que sea capaz de inocencia y dolor a la vez. Ese es exactamente el paradigma de Cristo en la Cruz.
* Entre las figuras del Antiguo Testamento destaca por muchos motivos la historia de José, el hijo de Jacob. Su manera de padecer sin resentirse de sus hermanos ni quejarse de la voluntad de Dios nos acerca bastante la modelo de Cristo. Y cuando luego se descubre ante los hermanos y concluye que había un bien en su propio padecer, que fue tan injusto, nos enseña mucho sobre la Cruz y su fecundidad.
* Otro ejemplo notable es el del profeta Jeremías, semejante a Jesús incluso en el hecho de su celibato. Jeremías descubre que el dolor es vía de penitencia, propiciación y salvación. El destierro a Babilonia no es puro ajedrez político ni asunto de estrategias militares: en su sentido más hondo la historia humana responde a la Palabra y el Plan de Dios, y precisamente eso es lo que le ha sido concedido contemplar a los profetas, amigos fuertes de Dios.


