ESCUCHA la Porciúncula y el Perdón de Asís

Porziuncola chiesa

Explica la Wikipedia: La Porciúncula (en latín, Portiuncula; en italiano, Porziuncola), es una pequeña iglesia incluida dentro de la Basílica de Santa María de los Ángeles, en la frazione de Santa Maria degli Angeli (municipio de Asís), ubicada aproximadamente a 4 km de la capital municipal, en Umbría (Italia). Es el lugar donde comenzó el movimiento franciscano.

El nombre Porciúncula significa «pequeña porción de tierra» y fue mencionado por vez primera en un documento que data de 1045, actualmente en los archivos de la Catedral de San Rufino, en Asís.

Con este nombre también se denomina a la indulgencia plenaria que pueden ganar los fieles católicos el 2 de agosto (u otro día que designe el ordinario local para aprovechamiento de los fieles).

Continuidad y a la vez renovación

85 Orientada por la luz perenne del Evangelio y constantemente atenta a la evolución de la sociedad, la doctrina social de la Iglesia se caracteriza por la continuidad y por la renovación.[Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 3: AAS 80 (1988) 515; Pío XII, Discurso a los participantes en el Convenio de la Acción Católica (29 de abril de 1945): Discorsi e Radiomessaggi di Pío XII, VII, 37-38; Juan Pablo II, Discurso al Simposio internacional “De la Rerum novarum a la Laborem exercens: hacia el año 2000” (3 de abril de 1982): L’Osservatore Romano, edición española, 2 de mayo de 1982, pp. 17-18]

Esta doctrina manifiesta ante todo la continuidad de una enseñanza que se fundamenta en los valores universales que derivan de la Revelación y de la naturaleza humana. Por tal motivo, la doctrina social no depende de las diversas culturas, de las diferentes ideologías, de las distintas opiniones: es una enseñanza constante, que « se mantiene idéntica en su inspiración de fondo, en sus “principios de reflexión”, en sus fundamentales “directrices de acción”, sobre todo, en su unión vital con el Evangelio del Señor ».[Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 3: AAS 80 (1988) 515] En este núcleo portante y permanente, la doctrina social de la Iglesia recorre la historia sin sufrir sus condicionamientos, ni correr el riesgo de la disolución.

Por otra parte, en su constante atención a la historia, dejándose interpelar por los eventos que en ella se producen, la doctrina social de la Iglesia manifiesta una capacidad de renovación continua. La firmeza en los principios no la convierte en un sistema rígido de enseñanzas, es, más bien, un Magisterio en condiciones de abrirse a las cosas nuevas, sin diluirse en ellas: [Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Libertatis conscientia, 72: AAS 79 (1987) 585-586] una enseñanza « sometida a las necesarias y oportunas adaptaciones sugeridas por la variación de las condiciones históricas así como por el constante flujo de los acontecimientos en que se mueve la vida de los hombres y de las sociedades ».[Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 3: AAS 80 (1988) 515]

86 La doctrina social de la Iglesia se presenta como un « taller » siempre abierto, en el que la verdad perenne penetra y permea la novedad contingente, trazando caminos de justicia y de paz. La fe no pretende aprisionar en un esquema cerrado la cambiante realidad socio-política.[Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 46: AAS 83 (1991) 850-851] Más bien es verdad lo contrario: la fe es fermento de novedad y creatividad. La enseñanza que de ella continuamente surge « se desarrolla por medio de la reflexión madurada al contacto con situaciones cambiantes de este mundo, bajo el impulso del Evangelio como fuente de renovación ».[Pablo VI, Carta ap. Octogesima adveniens, 42: AAS 63 (1971) 431]

Madre y Maestra, la Iglesia no se encierra ni se retrae en sí misma, sino que continuamente se manifiesta, tiende y se dirige hacia el hombre, cuyo destino de salvación es su razón de ser. La Iglesia es entre los hombres el icono viviente del Buen Pastor, que busca y encuentra al hombre allí donde está, en la condición existencial e histórica de su vida. Es ahí donde la Iglesia lo encuentra con el Evangelio, mensaje de liberación y de reconciliación, de justicia y de paz.

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

La Vocación, 11 de 16, Los verbos de Jesús

[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]

Tema 11 de 16: Los verbos de Jesús

* Hechos 10,38 condensa la misión de Cristo en estas palabras: “pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal.” Ese dato es punto de referencia y mandato para todo cristiano.

* Los religiosos, sin embargo, deseamos acercarnos más a lo específico de la vida que él llevó. Sobresalen así siete verbos que podemos considerar descriptivos del ser y la misión de Cristo:

(1) Enseñar: lo vemos en su predicación y sus consejos.

(2) Sanar: desde su corazón compasivo, cada curación es expresión de la llegada del Dios que se abaja y se compadece.

(3) Liberar: lo dice expresamente Pedro en su discurso de Hechos 10; las heridas más hondas provienen de la maldad del enemigo del género humano, y sólo liberados de su nefasto poder podemos aspirar el aroma de libertad de los Hijos de Dios.

(4) Orar: Su descanso y la fuerza viva de su ministerio están en la unión con el Padre.

(5) Padecer: No es simplemente aguantar; es detener la cadena de irresponsabilidades y complicidades que transfieren a otros, más inocentes que nosotros, los males que nosotros sufrimos.

(6) Ocultarse: Ser “paisaje” es dar ocasión a otros para que sobresalgan, pero sobre todo para que se sientan acogidos.

(7) Acampar: Acompañar y dejarse acompañar es santificar con el hecho mismo de su existencia–su ser Encarnado–a quienes así pudieron “contemplar su gloria” (Juan 1,14).

La Vocación, 10 de 16, Jesucristo pasó haciendo el bien

[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]

Tema 10 de 16: Jesucristo pasó haciendo el bien

* Si la vida consagrada es “cercano seguimiento de Cristo,” es preciso acercarse a su misterio para descubrir cuál es su vida, para que sea nuestra.

* En su profunda simplicidad, el deseo de hacer el bien compendia lo mejor del corazón humano. Sirve de criterio para evaluar nuestra presencia en las comunidades o lugares donde estamos: al pasar por este mundo dejamos un rastro o aroma, y hemos de preguntarnos si es el buen olor de Cristo.

* Hemos sido ungidos con el crisma, aceite consagrado y perfumando, en el bautismo y en la confirmación. La vida religiosa es una plenitud de vida bautismal que, en unión con Cristo, hace presente el Reino.

* Pedro, muy cerca de Cristo, no habla de un Cristo “de visita” sino de la verdad de una bondad que brota del ser más íntimo del Señor.

* El Mesías no sólo es auténtico, en el sentido de mostrar exteriormente lo que es interiormente, sino que es verdadero, en el sentido de que su ser interior es conforme con el verdadero querer de Dios, en el cual está siempre nuestra plenitud. Tal ha de ser nuestro ideal.

Sigue las noticias del Capítulo General de los Dominicos

Cada tres años representantes de los frailes dominicos en todas partes del mundo, elegidos como representantes de sus respectivas provincias y entidades, se reúnen en sedes distintas para deliberar sobre la situación de la Orden, su ser y su quehacer. A esa reunión se le llama Capítulo General. Este año 2013 el Capítulo se celebra en Trogir, en Croacia. Si amas la Orden Dominicana, este es un buen momento y lugar para saber más de la rica tradición y los enormes desafíos de una comunidad religiosa que se prepara para celebrar pronto sus primeros ochocientos años de existencia.

Capítulo General OP 2013

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Historia de una vocación

Con 24 años de edad, Brian Alexander Jackson tomó la decisión más importante de su vida: ser sacerdote. Su activa participación en la pastoral universitaria en Florida, Estados Unidos y experiencia como catequista en la Parroquia de la Asunción en Jacksonville, lo motivaron a dejarlo todo por Cristo.

Sin embargo, en él se cumple aquello de que Dios tiene especial predilección por los más pecadores. Sí, mucho pecado abrió paso luego al don del amor.

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La Vocación, 09 de 16, Seglares y religiosos

[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]

Tema 9 de 16: Seglares y religiosos

* La definición más común sobre la esencia de la vida religiosa es “seguimiento de Cristo.” Pero esa expresión requiere de algunas aclaraciones porque se supone que todo discípulo debe ser seguidor del Señor.

* El punto de partida es que el Evangelio es anuncio de gracia que nos llama a sabernos amados por el Padre del Cielo, y que al integrarnos en la comunidad de creyentes, nos da también la fuerza del Espíritu para anunciar e impulsar el Reino de Dios en todo y en todos.

* Al aceptar el Evangelio puede decirse que acogemos el fruto que Cristo ganó para nosotros con su abundante amor particularmente manifiesto y eficaz en la Cruz. Ese fruto recibido es motivo de gratitud y fuente de vida para todos los creyentes, sin distinción alguna.

* Ha querido el Espíritu, sin embargo, que el servicio al Reinado de Dios suceda de modos diversos, pues en efecto ninguna creatura expresa en su perfecta totalidad al Dios infinitamente sabio, compasivo y poderoso. Dos modos principales de vivir la vocación cristiana son:

(1) Hay algunos que se sienten fascinados por el camino o manera que siguió Cristo, en su existencia concreta, hasta darnos ese fruto de salvación. Quienes esto sienten se inclinan hacia la que llamamos “vida consagrada” (aunque el bautismo es la consagración primera y fundante). Los consagrados se convierten así en memoria del misterio de la Encarnación y profecía de lo que un día todos seremos, pues en el Cielo no habrá necesidad de nada distinto al amor y alabanza a Dios.

(2) Otros, en cambio, agradeciendo siempre el fruto de salvación, no fijan su corazón en primer lugar en unirse al modo de vida del Verbo Encarnado sino que anhelan ver la extensión de su reino en las realidades de este mundo, que precisamente ha sido renovado por Él. Tal es la vocación laical.

La Vocación, 08 de 16, Pobreza y comunidad

[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]

Tema 8 de 16: Pobreza y comunidad

* Pertenece al plan de Dios que seamos incompletos, y a la vez, que recibamos dones, gracias y cosas que no son para que se queden con nosotros. En un sentido somos escasos, y por eso necesitamos de los demás; en otro sentido, abundamos en bienes y dones que otros necesitan de nosotros.

* El plan de Dios es lo opuesto del individualismo que gusta tanto al dios Mercado. El mundo del comercio nos quiere egoístas de modo que nadie comparta y todos tengan que comprar. El Dios verdadero, en cambio, quiere que la vida sea un fluir de bienes, a partir de Él mismo, como fuente que no se niega a nadie sino que es gustoso de darse.

* Ese continuo recibir y compartir es la ley de gracia que hace correr el agua de la vida; en su recorrido se dibuja la obra que el Espíritu, y sólo Él, conoce y de la cual cada uno de nosotros es pequeña parte. Quien pretende ser el primero, el protagonista, es como una “aspiradora” que retiene lo que era para otros, y empobrece el cuadro general que quería Dios.

* Por eso un santo como Francisco habla de desposarse con la “Dama Pobreza,” porque la unión con ese continuo despojo y gratuidad es la clave misma de la fidelidad al Espíritu en cercana y fecunda imitación de Cristo.