#VisperasFrayNelson para el Miércoles XXVIII del Tiempo Ordinario
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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
#VisperasFrayNelson para el Miércoles XXVIII del Tiempo Ordinario
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Un testimonio hermoso de cómo obra Jesús en la eucaristía.
Marinos cristianos y marianos
La tripulación de la nao Santa María y de las carabelas Pinta y Niña la componen unos 90 marineros, la mayoría andaluces (70), algunos vascos y gallegos (10), y sólo cuatro eran presos en redención de penas. No todos eran angelitos, pero eran sin duda hombres de fe, gente cristiana, pueblo sencillo. Así, por ejemplo, solían rezar o cantar cada día «la Salve Regina, con otras coplas y prosas devotas que contienen alabanzas de Dios y de Nuestra Señora, según la costumbre de los marineros, al menos los nuestros de España, que con tribulaciones y alegrías suelen decilla» (III Vj.).
Llega el 12 de octubre del Primer Viaje. Y «el Almirante tuvo por cierto estar junto a la tierra. Por lo cual, cuando dijeron la Salve, que la acostumbraban decir e cantar a su manera todos los marineros y se hallan todos, rogó y amonestóles el Almirante que hiciesen buena guarda al castillo de proa, y mirasen bien por la tierra». Dos horas después de la medianoche «pareció la tierra, de la cual estarían dos leguas». Era la isla de Guanahaní, que él bautizó cristianamente con el nombre de El Salvador, en las actuales Bahamas.
Entonces, con el escribano, dos capitanes y otros más, Cristóbal Colón toma con solemnidad, y según los modos acostumbrados, «posesión de la dicha Isla por el Rey y por la Reina sus señores». Y en seguida «se juntó allí mucha gente de la Isla. Esto que se sigue son palabras formales del Almirante en su libro de su primera navegación y descubrimiento de estas Indias: «Yo, dice él, porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a Nuestra Santa Fe con Amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla». Y tras una breve descripción de aquella gente, la primera encontrada, concluye: «Y creo que ligeramente se harían cristianos, que me pareció que ninguna secta tenían».
El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.
#LaudesFrayNelson para el Miércoles XXVIII del Tiempo Ordinario
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La bondad de Cristo no es cobardía ante el mal; lo demuestra el valor con que habla y denuncia.
#VisperasFrayNelson para la Memoria de Santa Teresa de Jesús
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Fray Nelson…tengo una pregunta q hacerle…en realidad me gustaria saber q opina…. ud cree q en la pobreza (material), es decir, en la escaces, es mas facil alcanzar la santidad?….pregunto esto porq he estado leyendo la vida de los santos y la mayoria ha renunciado a sus riquezas…se q la santidad es Espiritual, pero, es como q el dinero y lo material obstruyeran la santidad…es asi?…ud q cree?….gracias!! – A.K.T.
* * *
Las riquezas, sobre todo si son abundantes, traen consigo muchos peligros, tentaciones que serán frecuentes, penetrantes, sutiles, insidiosas. Las principales son: egoísmo, vanidad, creerse mejor, dificultad para pedir ayuda, imaginarse uno que todo se lo merece, prontitud para juzgar los defectos de otros, facilidad para acceder a placeres exóticos o intensos que luego encadenan. No es que sea malo tener riquezas sino que ello está rodeado de lazos y engaños.
La única posibilidad, si uno tiene bienes abundantes es: reconocerse uno mismo necesitado y en peligro; examinar a menudo la conciencia; comprender las dinámicas de injusticia del mundo y luchar contra ellas; hacer ayunos y penitencias por los pecados ocultos de uno mismo, de la familia y de las fuentes de dinero que le proveen; cuidar que las propias riquezas no corrompan el corazón de los hijos o personas a cargo< y sobre todo: usar el poder para servir a la Iglesia, a la evangelización y a ser más y más útil a todos.
Tres videos que pueden ayudar a situar en una perspectiva más serena y constructiva la persona y el magisterio del Papa Francisco.
El hombre:
Los gestos:
Las palabras:
Versión en audio de los tres programas:
#LaudesFrayNelson para la Memoria de Santa Teresa de Jesús
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Gracia y pecado son quizás los dos términos más importantes de la Carta a los Romanos. Hay que saber entenderlos.
Un párrafo para ayudar a purificar la intención. (Poema incorrectamente atribuido a la Madre Teresa de Calcuta pero que describe mucho de su espiritualidad).
Dos poesías inmortales de la Santa Doctora de la Iglesia.
Vuestra soy
Vuestra soy, para Vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí?
Soberana Majestad,
Eterna sabiduría,
Bondad buena al alma mía;
Dios, alteza, un ser, bondad,
La gran vileza mirad,
Que hoy os canta amor así.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, pues me criasteis,
Vuestra, pues me redimisteis,
Vuestra, pues que me sufristeis,
Vuestra, pues que me llamasteis,
Vuestra, porque me esperasteis,
Vuestra, pues no me perdí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
¿Qué mandáis, pues, buen Señor,
Que haga tan vil criado?
¿Cuál oficio le habéis dado
A este esclavo pecador?
Veisme aquí, mi dulce Amor,
Amor dulce, veisme aquí,
¿Qué mandáis hacer de mí?
Veis aquí mi corazón,
Yo le pongo en vuestra palma,
Mi cuerpo, mi vida y alma,
Mis entrañas y afición;
Dulce Esposo y redención
Pues por vuestra me ofrecí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme muerte, dadme vida:
Dad salud o enfermedad,
Honra o deshonra me dad,
Dadme guerra o paz crecida,
Flaqueza o fuerza cumplida,
Que a todo digo que sí.
¿Qué queréis hacer de mí?
Dadme riqueza o pobreza,
Dad consuelo o desconsuelo,
Dadme alegría o tristeza,
Dadme infierno, o dadme cielo,
Vida dulce, sol sin velo,
Pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Si queréis, dadme oración,
Sí no, dadme sequedad,
Si abundancia y devoción,
Y si no esterilidad.
Soberana Majestad,
Sólo hallo paz aquí,
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme, pues, sabiduría,
O por amor, ignorancia,
Dadme años de abundancia,
O de hambre y carestía;
Dad tiniebla o claro día
Revolvedme aquí o allí
¿Qué mandáis hacer de mí?
Si queréis que esté holgando,
Quiero por amor holgar.
Si me mandáis trabajar,
Morir quiero trabajando.
Decid, ¿dónde, cómo y cuándo?
Decid, dulce Amor, decid.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme Calvario o Tabor,
Desierto o tierra abundosa,
Sea Job en el dolor,
O Juan que al pecho reposa;
Sea viña fructuosa
O estéril, si cumple así.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Sea José puesto en cadenas,
O de Egipto Adelantado,
O David sufriendo penas,
O ya David encumbrado,
Sea Jonás anegado,
O libertado de allí,
¿Qué mandáis hacer de mí?
Esté callando o hablando,
Haga fruto o no le haga,
Muéstreme la Ley mi llaga,
Goce de Evangelio blando;
Esté penando o gozando,
Sólo Vos en mí viví,
¿Qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, para Vos nací
¿Qué mandáis hacer de mí?
Vivo sin vivir en mí
Vivo sin vivir en mí
Y tan alta vida espero
Que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí,
Después que muero de amor;
Porque vivo en el Señor,
Que me quiso para sí:
Cuando el corazón le di
Puso en él este letrero,
Que muero porque no muero.
Esta divina prisión,
Del amor con que yo vivo,
Ha hecho a Dios mi cautivo,
Y libre mi corazón;
Y causa en mí tal pasión
Ver a Dios mi prisionero,
Que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros!
¡Esta cárcel, estos hierros
En que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
Me causa dolor tan fiero,
Que muero porque no muero.
¡Ay, qué vida tan amarga
Do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
No lo es la esperanza larga:
Quíteme Dios esta carga,
Más pesada que el acero,
Que muero porque no muero.
Sólo con la confianza
Vivo de que he de morir,
Porque muriendo el vivir
Me asegura mi esperanza;
Muerte do el vivir se alcanza,
No te tardes, que te espero,
Que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte;
Vida no me seas molesta,
Mira que sólo te resta,
Para ganarte, perderte;
Venga ya la dulce muerte,
El morir venga ligero
Que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba,
Que es la vida verdadera,
Hasta que esta vida muera,
No se goza estando viva:
Muerte, no me seas esquiva;
Viva muriendo primero,
Que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darte
A mi Dios, que vive en mi,
Si no es el perderte a ti,
Para merecer ganarte?
Quiero muriendo alcanzarte,
Pues tanto a mi amado quiero,
Que muero porque no muero.
#VisperasFrayNelson para el Lunes XXVIII del Tiempo Ordinario
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#LaudessFrayNelson para el Lunes XXVIII del Tiempo Ordinario
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[Estudio introductorio a la Encíclica Lumen Fidei, del Papa Francisco. Predicación en los Monasterios de las Dominicas Contemplativas de Murcia y de Lerma, en España, Octubre de 2013.]
Tema 10 de 10: Ciudad de sólidos cimientos
* El cuarto y último capítulo de Lumen Fidei saca la conclusión lógica sobre los bienes que trae la fe. Si la fe no es un acto de imaginación ni de superstición; si no es fruto de ignorancia ni de conveniencia; si no es puro sentimiento ni decisión de la voluntad en el vacío; si no es subjetivismo ni pura costumbre social; si todo eso es así, entonces la fe toca una verdad que es profunda, real y pública, y por eso la fe no puede quedar confinada a los márgenes de la historia humana, ni se la puede recluir en el ámbito domesticado de las experiencias privadas.
* La fe está llamada a iluminar toda realidad humana, y eso significa: el mundo para Cristo. No se puede ser creyente y quedarse tranquilo viendo que la sociedad o la familia se organizan al margen del plan de Dios. Algunos dirán que al hablar así esta encíclica relanza un proyecto de cristiandad y por tanto de control y privilegios para el clero católico. En esto los creyentes de hoy hemos de sacar las lecciones, muchas veces duras, incluso humillantes, del pasado.
* El proyecto es el mismo: el mundo para Cristo, todo para su gloria, “instaurare omnia in Christo,” como puso en su lema San Pío X. El proyecto no cambia. Lo que hay que tener presente es que no se puede buscar el reinado de Cristo por otros métodos que no sean los de Cristo.
* Teniendo eso claro, tres son los ámbitos principales en que hay que edificar esa ciudad de sólidos cimientos: la familia, los valores de la sociedad, y el camino de los que sufren.