Cómo tomar mejores decisiones, 4 de 4, Decidirse por Cristo

[Predicación en evento organizado por la Comunidad Betania, en Santa Cruz, Bolivia.]

Tema 4 de 4: Decidirse por Cristo

* La decisión más importante de la vida es: por Cristo o contra Cristo. Veamos por qué.

* Pero antes, observemos que el mismo Cristo nos lleva a esa decisión, al declarar, por ejemplo, que “El que ame a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí” (véase Mateo 10,37-39)

* ¿Por qué se atreve Cristo a pedir semejante radicalidad? Es un lenguaje de un fanático, de un loco, o… del mismo Dios. Un lenguaje que entiende solamente aquella persona que: (1) He encontrado mis verdaderas limitaciones, y tengo conciencia de que son más fuertes que yo; (2) Veo que Cristo es más fuerte que lo que me gana a mí; (3) Lo descubro poderoso, sabio, colmado de amor, y con un plan para mi vida. Sobre esa base, declaro a Cristo como mi Señor y Salvador.

* ¿Qué quiere decir que Cristo sea Señor? Que lo invito, y le dejo las manos libres, cuando se trata de las decisiones cruciales de mi vida.

* ¿Qué implica que Cristo sea mi decisión central? Para los religiosos y sacerdotes, una vida de seguimiento y de transparencia de su modo de ser. Para los laicos, la búsqueda de su Reinado en todas las áreas de la vida humana.

Cómo tomar mejores decisiones, 3 de 4, Decisiones cruciales

[Predicación en evento organizado por la Comunidad Betania, en Santa Cruz, Bolivia.]

Tema 3 de 4: Decisiones cruciales

* No todas las decisiones son iguales en importancia. Las áreas más importantes son economía, afectos y proyectos. Se pueden relacionar con los tres votos de los religiosos: pobreza, castidad y obediencia.

EL CIMIENTO

El cimiento básico viene de lo dicho en las anteriores conferencias: evita lo que te lleva a malas decisiones.

LA BRÚJULA

Para conocer mejor a las personas, mira estas preguntas claves:

* ¿Tiene temor de Dios? ¿Le importa Dios, o se ah puesto a sí mismo en el lugar de Dios?

* ¿Le interesan los pequeños, los pobres, los excluidos, o se circunscribe a sus intereses? (Un día todos seremos así: débiles, frágiles, menos interesantes)

* ¿Es fiel a sus amistades y parientes? ¿Qué clase de personas, cercanas o públicas, son referencia para él, o causan impresión en él?

* ¿Medita sobre la muerte, la tiene en cuenta, qué tan amplia es su visión de cara al futuro? ¿A cuántos años llega?

EL PUENTE

* Utiliza un lenguaje claro. El lenguaje indirecto engendra malos entendidos.

* Si vas a suponer algo, anúncialo. Las suposiciones son distintas en cada persona, y las distintas formas de suponer crean rupturas.

* Ten cuidado con volver al pasado, y convertirlo en un arma.

* Aprende a dosificar la confianza; no se puede ser binario en esto.

Diagnóstico y propuesta sobre la crisis ética actual

[Predicación en Radio Betania de Santa Cruz, Bolivia.]

* Hablamos de crisis cuando hay dificultades fuertes, transiciones drásticas o cuando aquello que parecía firme y establecido pasa a ser cuestionado o abiertamente rechazado.

* Según tal criterio, es claro que estamos ante una crisis ética de enormes proporciones, en la cual se cumple lo que denunció el profeta Isaías, se llama bien al mal, y mal al bien (véase Isaías 5,20).

* ¿Qué causas han llevado a este estado de cosas? Dos, una exterior, y otra interior.

(1) De modo exterior, están las múltiples idolatrías, que de algún modo se concentran en la idolatría del dios Mercado: el pecado, la subversión del orden natural, produce ganancias.

(2) De modo interior, está la entronización de nuestro propio yo. El que no se une al “¿Quién como Dios?” de San Miguel, termina abrazando el “¡No serviré!” de Satanás.

* El remedio requiere entonces dos fases:

(1) De modo interior, al conversión del corazón de modo que el Primer mandamiento de la Ley de Dios recupere su lugar en nuestra mente y Dios mismo tenga su trono en nuestra vida. Y luego, la certeza de que “nada de afuera puede hacer impuro al hombre” (Marcos 7,15).

(2) Desde esa firmeza, afianzarnos en nuestros grupos y comunidades, de modo que se puedan organizar caminos de participación ciudadana que den a la sociedad un rostro más humano y cristiano.

Conocer más para vencer mejor la depresión

[Predicación en Radio Betania de Santa Cruz, Bolivia.]

* Usamos el término depresión con mucha frecuencia, y por eso conviene clarificar su sentido.

* Depresión, hablando de manera propia y formal, es un estado de ánimo y de comportamiento que implica una sensación prácticamente continua y muy prolongada de tristeza, desolación y sentimientos de destrucción o autodestrucción. De manera informal, alude a un “paraje oscuro,” un momento malo que lleva a una sensación de ánimo bajo, por un tiempo más bien breve y por causas bastante identificables y hasta cierto punto controlables.

* A menudo, la depresión propiamente dicha requiere para su tratamiento de ayuda profesional, es decir de la consulta o tratamiento con psicólogos o psiquiatras. En este caso, hablamos de una depresión clínica.

* Un psiquiatra es un médico que se ha especializado en el uso terapéutico de medicamentos que ayudan a tratar ciertas condiciones mentales que se consideran ligadas a estados hormonales, químicos o eléctricos que afectan de manera severa o recurrente a una persona, incluso hasta el punto de perturbar seriamente su vida familiar, afectiva, laboral o social. En ocasiones la ayuda de la psiquiatría es requerida para tratar algunos casos de depresión clínica.

* Un psicólogo es un especialista del comportamiento humano en sus más diversas expresiones. Según la escuela psicológica a la que uno adhiera, ese comportamiento se verá como fruto de circunstancias de la maduración sexual en la temprana infancia (psicoanálisis), o como dependiente de las decisiones y opciones cruciales que acompañan el curso de la vida (enfoque humanista), o como resultado de factores actuales que deben ser conocidos y modificados (conductismo). hay también otras posibilidades.

* Debe destacarse que, aunque muchos de estos especialistas, psicólogos y psiquiatras, son ateos o incluso adversos a la fe, los hay también buenos creyentes. Además, la Escritura nos enseña que “también al médico lo hizo Dios,” de manera que sería abuso pretender a obligar a Dios a que mejorara nuestra salud mental siempre sin el recurso a personas con la debida formación si son respetuosos o favorables a nuestra fe. Eso es especialmente cierto en el caso de las dificultades de aprendizaje, las adicciones y la depresión clínica.

Cómo tomar mejores decisiones, 2 de 4, Por qué tomamos malas decisiones

[Predicación en evento organizado por la Comunidad Betania, en Santa Cruz, Bolivia.]

Tema 2 de 4: ¿ Por qué tomamos malas decisiones?

* Es muy doloroso encontrar personas que, años después de haber tomado un rumbo, sienten con horror que equivocaron el camino. No todo puede prevenirse, eso está claro, pero, ¿cuáles son los errores que más a menudo cometemos al tomar decisiones?

* Hay errores generales:

(1) No decidir es la peor decisión;

(2) Caer en alguno de los dos extremos mencionados. mis decisiones no cambian nada, o lo cambian todo.

* Hay errores en cuanto al objeto:

(1) Nos apresuramos. Queremos obtener de inmediato, o sin esfuerzo, o sin costo, lo que deseamos. Al final, lo perdemos.

(2) No valoramos lo que tenemos y los que tenemos cerca. En ocasiones consideramos que tal o cual amistad será de inmensa importancia y nos engañan las apariencias. En otras ocasiones pasamos por encima y omitimos a gente sencilla y generosa que podrían ser nuestros verdaderos aliados.

* Y hay errores en cuanto al sujeto, es decir, en cuanto a nuestra inteligencia y voluntad.

(1) Nuestra inteligencia se equivoca por ignorancia (a menudo, culpable), por error (inducido) o por confusión (exceso de opiniones disponibles).

(2) Nuestra inteligencia se equivoca cuando obra “por reacción” (buscando desquite, venganza o justicia por al propia mano); cuando se deja llevar por el deleite (y el encantamiento del bien esperado nubla la vista), o cuando lamentablemente cae en desesperación.

Cómo tomar mejores decisiones, 1 de 4, La vida misma es una decisión

[Predicación en evento organizado por la Comunidad Betania, en Santa Cruz, Bolivia.]

Tema 1 de 4: La vida misma es una decisión

* Está claro para todos que cada decisión que tomamos va dando forma a la propia vida. En algún sentido lo que somos es resultado de las decisiones que hemos tomado, a partir de lo que la vida misma nos ha dado a distintos niveles, por supuesto.

* Por ello hay que evitar dos extremos: creer que todo está decidido de antemano, y creer que uno puede hacer y conseguir todo lo que uno quiera por la sola fuerza de la propia decisión. El primer error peca por defecto y el segundo por exceso.

* Por defecto, uno se sustrae de decidir, o por lo menos de decidir bien, si cree que todo está determinado:

(1) Por el destino;

(2) por el pasado;

(3) por los golpes de la suerte;

(4) por Dios, entendido como un dios desconectado de nuestro propio querer.

* Se peca por exceso cuando uno cree que:

(1) uno es “superman” y puede con todo;

(2) uno cree que educando el cerebro o a través del control mental puede lograr lo que sea;

(3) uno cree que puede manipular las fuerzas cósmicas o mágicas del universo;

(4) una mujer cree que con la cantidad justa de seducción, inteligencia, intriga y cinismo se podrá salir con la suya.

Así recordaba Santa Teresa a sus padres

El tener padres virtuosos y temerosos de Dios me bastara, si yo no fuera tan ruin, con lo que el Señor me favorecía, para ser buena. Era mi padre aficionado a leer buenos libros y así los tenía de romance para que leyesen sus hijos. Esto, con el cuidado que mi madre tenía de hacernos rezar y ponernos en ser devotos de nuestra Señora y de algunos santos, comenzó a despertarme de edad, a mi parecer, de seis o siete años. Ayudábame no ver en mis padres favor sino para la virtud. Tenían muchas. Era mi padre hombre de mucha caridad con los pobres y piedad con los enfermos y aun con los criados; tanta, que jamás se pudo acabar con él tuviese esclavos, porque los había gran piedad, y estando una vez en casa una de un su hermano, la regalaba como a sus hijos. Decía que, de que no era libre, no lo podía sufrir de piedad. Era de gran verdad. Jamás nadie le vio jurar ni murmurar. Muy honesto en gran manera.

Mi madre también tenía muchas virtudes y pasó la vida con grandes enfermedades. Grandísima honestidad. Con ser de harta hermosura, jamás se entendió que diese ocasión a que ella hacía caso de ella, porque con morir de treinta y tres años, ya su traje era como de persona de mucha edad. Muy apacible y de harto entendimiento. Fueron grandes los trabajos que pasaron el tiempo que vivió. Murió muy cristianamente….