Puedes llamarla una edición “de estudio,” sburayada por Fr. Nelson Medina, O.P.
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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
DOMINGO I DE ADVIENTO, CICLO A
El año litúrgico quiere que nuestra vida entera sea liturgia en unión con Cristo y alrededor de Cristo.
#VisperasFrayNelson para el Viernes XXXIV del Tiempo Ordinario
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este camino de oración en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
#LaudesFrayNelson para el Viernes XXXIV del Tiempo Ordinario
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FIESTA DE SAN ANDRÉS, APÓSTOL
Andrés, el apóstol, es un ejemplo temprano de la mirada de Cristo hacia las periferias existenciales.
#VisperasFrayNelson para el Jueves XXXIV del Tiempo Ordinario
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Un pobre hombre que vivía en la miseria y mendigaba de puerta en puerta, observó un carro de oro que entraba en el pueblo llevando a un rey sonriente y radiante.
El pobre se dijo de inmediato “Se ha acabado mi sufrimiento, se ha acabado mi vida de pobre. Este rey de rostro dorado ha venido aquí por mi, lo sé. Me cubrirá de migajas de su riqueza y viviré tranquilo”.
En efecto, el rey, como si hubiese venido para ver al pobre hombre, hizo detener el carro a su lado.
El mendigo, que se había postrado en el suelo, se levantó y miro al rey, convencido de que había llegado la hora de su suerte.
Entonces, de repente, el rey extendió la mano hacia el pobre y le dijo:
– Qué tienes para darme? El pobre , muy sorprendido y muy desilusionado, no supo que decir.
“Es un juego – se preguntó – lo que el rey me propone? Se burla de mi? Es un nuevo pesar?”
Entonces al ver la persistente sonrisa del rey, su luminosa mirada y su mano tendida, el pobre metió la mano en su alforja, que contenía unos puñados de arroz.
Cogió un grano de arroz, y se lo dió al rey, que le dió las gracias y se fue enseguida llevado por unos caballos sorprendentemente rápidos.
Al final del día, al vaciar su alforja , el pobre encontró un grano de oro.
Entonces se puso a llorar diciendo:
– ¿Por qué no le habré dado todo mi arroz ?!
#LaudesFrayNelson para el Jueves XXXIV del Tiempo Ordinario
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La alegría en medio de la tribulación es gozo de ver caer los múltiples disfraces de la mentira.
#VisperasFrayNelson para el Miércoles XXXIV del Tiempo Ordinario
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Después de sesenta años de estudios medievalistas y de cuarenta vividos en América, don Claudio Sánchez Albornoz quiso anticipar su homenaje al Quinto Centenario del Descubrimiento, presintiendo que ya no estaría presente en su celebración, y publicó en 1983 una obra impresionante, La Edad Media española y la empresa en América.
En ella afirma «como verdad indestructible, que la Reconquista fue la clave de la Historia de España» y que «lo fue también de nuestras gestas hispanoamericanas» (7). «Repito lo que he dicho muchas veces: si los musulmanes no hubieran puesto el pie en España, nosotros no habríamos realizado el milagro de América» (70).
En efecto, en los años 711-725 los árabes musulmanes ocupan toda la península ibérica, salvo pequeños núcleos cristianos en Asturias y los Pirineos, y en esos mismos años, Pelayo en Asturias (718-737) -«un rey nuevo que reina sobre un pueblo nuevo», según Ibn Jaldún-, y en seguida Alfonso I (739-757), inician contra el Islam invasor un movimiento poderoso de reconquista que durará ocho siglos, en los que se va a configurar el alma de España.
«Desde el siglo VIII en adelante -escribe don Claudio-, la historia de la cristiandad hispana es, en efecto, la historia de la lenta y continua restauración de la España europea; del avance perpetuo de un reino minúsculo, que desde las enhiestas serranías y los escobios pavorosos de Asturias fue creciendo, creciendo, hasta llegar al mar azul y luminoso del Sur… A través de ocho siglos y dentro de la múltiple variedad de cada uno, como luego en América, toda la historia de la monarquía castellana es también un tejido de conquistas, de fundaciones de ciudades, de reorganización de las nuevas provincias ganadas al Islam, de expansión de la Iglesia por los nuevos dominios: el trasplante de una raza, de una lengua, de una fe y de una civilización» (125).
Aquellos ocho siglos España luchó, en el nombre de Dios, para recuperarse a sí misma, es decir, para reafirmar su propia identidad cristiana. La causa de Cristo y la de España, empujando hacia el sur espada en mano, con la cruz alzada, se habían hecho una sola.
Y «siempre en permanente actividad colonizadora, siempre llevando hacia el Sur el romance nacido en los valles septentrionales de Castilla, siempre propagando las doctrinas de Cristo en las tierras ganadas con la espada, siempre empujando hacia el Sur la civilización que alboreaba en los claustros románicos y góticos de catedrales y cenobios, siempre extendiendo hacia el mediodía las libertades municipales, surgidas en el valle del Duero, y siempre incorporando nuevos reinos al Estado europeo, heredero de la antigüedad clásica y de los pueblos bárbaros, pero tallado poco a poco, por obra de las peculiaridades de nuestra vida medieval, en pugna secular con el Islam» (126).
La divisa hispana en estos siglos fue lógicamente Plus ultra, más allá, más allá siempre…
El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.
#LaudesFrayNelson para el Miércoles XXXIV del Tiempo Ordinario
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este camino de oración en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
La justicia de Dios no se regocija en destruir sino en corregir y levantar.
[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]
Tema 6 de 6: Pecadores Redimidos
* La miseria más grande del ser humano, que sirve por ello mismo de ocasión para la manifestación más grande de la misericordia divina, es el pecado.
* Nuestro pecado es el sello de la ceguera que nos impide ver quién nos ama de verdad; es el rastro que deja nuestra idolatría; es el lenguaje de crueldad con que privamos a los demás de los bienes que deberíamos haberles compartido, empezando por nuestro propio tiempo y talentos.
* En el despertar del arrepentimiento y en la paz que trae el perdón Dios devuelve el orden y la posibilidad de un futuro a nuestra vida. Si el pecado excluye, la misericordia llama y acoge. No acoge para dejar al pecador en su pecado pero sí acoge para hacer posible un camino, de modo que, si tu nombre es “pecador” que tu apellido sea “redimido.”
[Predicación en el Cuarto Congreso de la Divina Misericordia, de la Arquidiócesis de Chicago.]
Tema 5 de 6: Los Pobres
* Los pequeños, los pobres, los perdedores y los pecadores son los principales destinatarios de la misericordia de Cristo.
* En cuanto a los POBRES, recordemos que carencias y deficiencias (y defectos) todos tenemos. La ilusión de que existen vidas perfectos, ausentes de toda escasez y de todo problema, es una fantasía que simplemente trae amargura al corazón.
* Pero así como es real que tenemos deficiencias, es real el amor abundante con que Dios suple nuestras deficiencias y nos envía en el camino del servicio a los demás. Quien entra en el fuego se vuelve fuego.
* Las carencias a menudo llevan a las personas a la amargura, el matoneo o el deseo de “desquitarse” con la vida. El daño que esto último trae a la sociedad es inmenso porque genera discriminaciones y desacredita el sentido del poder. semejante daño es aún mayor en la Iglesia, donde se convierte en clericalismo y antitestimonios de todo género.
* Por eso hemos de descubrir la abundancia de riqueza que hay en el amor: porque sólo abundando en el amor podemos entender que ningún ídolo ni posesión de esta tierra saciará nuestros verdaderos anhelos.