¡Hombres de Fe! – Curso de Formación Permanente para la Diócesis de Socorro y San Gil
Tema 8. Entrar en la Nueva Evangelización
- 1. Un examen de conciencia. El problema de la infecundidad de la evangelización hoy, de la catequesis en los tiempos modernos, es un problema eclesiológico, que se refiere a la capacidad o a la incapacidad de la Iglesia de configurarse como real comunidad, como verdadera fraternidad, como un cuerpo y no como una máquina o una empresa.
- 2. Una revisión de vida. La pregunta acerca de la transmisión de la fe… no debe orientar las respuestas en el sentido de la búsqueda de estrategias comunicativas eficaces y ni siquiera debe centrar la atención analíticamente en los destinatarios, por ejemplo los jóvenes, sino que debe ser formulada como una pregunta que se refiere al sujeto encargado de esta operación espiritual. Debe transformarse en una pregunta de la Iglesia sobre sí misma.
- 3. Un deber. “Los hombres podrán salvarse por otros caminos, gracias a la misericordia de Dios, si nosotros no les anunciamos el Evangelio; pero ¿podremos nosotros salvarnos si por negligencia, por miedo, por vergüenza… o por ideas falsas omitimos anunciarlo?” (Pablo VI)
- 4. Una nueva actitud. La nueva evangelización es una actitud, un estilo audaz. Es la capacidad de parte del cristianismo de saber leer y descifrar los nuevos escenarios, que en estas últimas décadas han surgido dentro de la historia humana, para habitarlos y transformarlos en lugares de testimonio y de anuncio del Evangelio.
- 5. Un fruto natural. La Iglesia sabe que ella es el fruto visible de esa ininterrumpida obra de evangelización que el Espíritu guía a través de la historia, para que el pueblo de los redimidos dé testimonio de la memoria viviente del Dios de Jesucristo.
- 6. Un anhelo infinito. Como afirmaba el Papa Juan Pablo II, “nueva evangelización” significa hacer de nuevo el tejido cristiano de la sociedad humana, haciendo nuevamente el tejido de las mismas comunidades cristianas.
- 7. Una vida de oración. Sólo da a Cristo el que vive en Cristo. hay que ablandar el corazón para que él pueda escribir palabras de gracia en él.