Maestros en la Fe, 3 de 6, San Buenaventura y la razon guiada por el amor

[Curso a las Monjas Dominicas del Monasterio de Santa Ana, en Murcia, España.]

Tema 3 de 6: San Buenaventura y la razón guiada por el amor

* Juan de Fidanza, fue desde niño conocido como “Buena Ventura,” debido a un feliz milagro de curación que su madre obtuvo por intercesión del recién canonizado San Francisco de Asís.

* Nacido en 1221 o tal vez en 1217, fue contemporáneo y amigo de Santo Tomás de Aquino, con quien le unen varios elementos: ambos pertenecen a las entonces jóvenes Órdenes Mendicantes, ambos son profesores de teología en la Universidad de París, el centro intelectual más importante de la cristiandad medieval; ambos deben defender el estatuto de existencia y de docencia de sus Órdenes, frente a los ataques de Guillermo de Santo Amor; mueren además el mismo año 1274.

* Buenaventura sobresale por la riqueza de su personalidad, su penetración intelectual, sencillez de alma, fe pura, obediencia a la Iglesia, espíritu de servicio. Biógrafo destacado de San Francisco Asís; discípulo del gran Alejandro de Hales, que escribió una Suma de Teología. En horas de tensión interna de la Orden de Frailes Menores, los “franciscanos”, Buenaventura brilló con las virtudes de la prudencia y el celo pastoral, como Ministro General. Posteriormente fue nombrado obispo y cardenal de Albano.

* En su orientación teológica, Buenaventura se sitúa conscientemente en la línea agustiniana, y en general patrística, más que en la aristotélica, pero no es ni mucho menos contrario al lugar de la razón en la exposición de la fe.

* El Papa Benedcito XVI, profundo conocedor y gran admirador del santo, describe así una de las claves de su pensamiento: “San Buenaventura, en el prólogo a su Comentario a las Sentencias habla de un doble uso de la razón, de un uso que es inconciliable con la naturaleza de la fe y de otro que, en cambio, pertenece propiamente a la naturaleza de la fe. Existe —así se dice— la violentia rationis, el despotismo de la razón, que se constituye en juez supremo y último de todo. Este tipo de uso de la razón ciertamente es imposible en el ámbito de la fe. ¿Qué entiende con ello san Buenaventura? Una expresión del Salmo 95, 9 puede mostrarnos de qué se trata. Aquí dice Dios a su pueblo: «En el desierto… vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron aunque habían visto mis obras». Aquí se alude a un doble encuentro con Dios: ellos «habían visto». Pero esto a ellos no les basta. Ponen «a prueba» a Dios. Quieren someterlo al experimento.”

* Hay en cambio un uso recto de la razón con respecto a la fe y la teología: “San Buenaventura alude a un segundo uso de la razón, que vale para el ámbito de lo «personal», para las grandes cuestiones del hecho mismo de ser hombres. El amor quiere conocer mejor a aquel a quien ama. El amor, el amor verdadero, no hace ciegos, sino videntes. De él forma parte precisamente la sed de conocimiento, de un verdadero conocimiento del otro.”

Maestros en la Fe, 2 de 6, San Anselmo y la fe que quiere entender

[Curso a las Monjas Dominicas del Monasterio de Santa Ana, en Murcia, España.]

Tema 2 de 6: San Anselmo, y la fe que quiere entender

* San Anselmo de Canterbury (1033-1109), ingresó al Monasterio de Bec, que pronto habría de convertirse, con su liderazgo, en un reconocido centro de estudios. Allí escribió su obra Proslogion (1077-78).

* Algunos temas teológicos del Proslogion: la fe quiere entender (fides quaerens intellectum). Ese querer puede ser el de la curiosidad o la arrogancia, y entonces hace daño, pero también puede ser el querer que brota del amor, o el querer de quien desea presentar de la mejor manera la fe; en estos últimos casos es válido.

* ¿Es razonable, o forzoso que Dios exista? Para Anselmo hay una demostración universal, que luego ha sido conocida como “argumento ontológico” : puesto que puedo pensar en seres más o menos perfectos, puedo pensar en el ser más perfecto de todos. Si a ese ser le faltar existir, le faltaría algo en lo que es superado por muchos otros seres. Luego ese ser perfectísimo tiene que existir, y lo llamamos Dios.

* El argumento ontológico ha sido criticado y en general se le considera insuficiente (así por ejemplo, lo considera Tomás de Aquino). El mérito de San Anselmo está más bien en defender una postura abierta a la inteligibilidad de la fe. Para él la razón no es enemiga de la fe, sino uno de los muchos dones de Dios: un don que finalmente está a su servicio, también cuando se trata de creer.

* El Proslogion también es una referencia importante porque se atreve a preguntar las grandes cuestiones que luego aparecerán en todos los tratados teológicos: ¿Cómo es Dios? ¿Cómo son su conocimiento, poder? ¿Son realmente compatibles su misericordia y su justicia?

* Otra obra importante de Anselmo es Cur Deus homo?: }Por qué un Dios-Hombre? Es un estudio sobre la redención desde la mirada de lo justo y lo injusto. Ve la redención como un ajustar, pagar una deuda. A esto se le ha llamado “teoría de la satisfacción.” Aunque puede caricaturizarse esta teoría como una traducción a la religión del régimen feudal, parece más correcto ver en ella el anhelo de un corazón fascinado por la contemplación de la armonía divina, un corazón que no quiere considerar normal la desfiguración del pecado, y que por tanto sabe que al fin la la obra plena de Dios debe reflejar su pureza y belleza.

* Un aporte adicional muy valioso es la comprensión del pecado original como equivalente a la naturaleza humana sin la “justicia original.” Lo mismo que en la exposición sobre la necesidad de la redención, lo que brilla aquí es el corazón contemplativo que ve a Dios como perfección suprema en el acto de expresarse y comunicarse por la creación y la redención.

Maestros en la Fe, 1 de 6, Introduccion

[Curso a las Monjas Dominicas del Monasterio de Santa Ana, en Murcia, España.]

Tema 1 de 6: Introducción

* En nuestra época tiende a verse la fe como pura convicción subjetiva. En un enfoque así no se ve cómo alguien puede ser “maestro” de la fe de otro.

* Todo cambia cuando uno ve que precisamente la gran diferencia entre la fe cristiana y las religiones paganas es que en el caso del cristianismo hay uno que puede decir: “De esto nosotros somos testigos,” como dice Pedro en Hechos 2. por hermosas o inspiradoras que sean las narraciones de otras religiones, uno ve que al final son sólo proyecciones de deseos humanos, extrapolaciones de cualidades humanas, o imaginación que quiere suplir carencias humanas. El paganismo no saca al hombre de la prisión de sí mismo y de sus anhelos.

* La fe cristiana, por el contrario, brota del testimonio, y los testigos primeros son los apóstoles, que por eso son llamados “cimiento” (Efesios 2). Esto tiene repercusiones en la fe propia, en el quehacer de la teología y en la dimensión misionera.

* El creyente se descubre alcanzado por un hecho real, un hecho de vida. Puede esperar con derecho a que la fe haga algo en su vida porque ha afectado las vidas de otros. Su fe no es fantasía ni se apoya en esfuerzo mental subjetivo.

* La teología nace “normada.” Ser teólogo no es pensar cosas religiosas sino hacer eco al mensaje que llega por los apóstoles y sus sucesores. Lo interesante no es lo pensable ni lo real acontecido.

* La misión es derecho y deber: lo recibido es entregado, de manera que cada cristiano se sabe en deuda con los cristianos del futuro pues también ellos tienen derecho a recibir íntegro el tesoro de la fe.

Ya no tengo miedo, 3 de 3, Jesus

[Predicación en la Asamblea Regional de la Renovación Carismática en Aragón, Octubre de 2012.]

Tema 3 de 3: Jesús y la Cruz

* Una lectura atento a los Evangelios descubre pronto la notable frecuencia del término “miedo” y sus sinónimos o derivados. Miedo tienen los discípulos, las autoridades, la gente. Miedo ante el demonio, ante lo desconocido, ante el abuso del poder, ante la fuerza de las multitudes, y sobre todo: miedo ante la muerte.

* Hay que recordar que hay un buen uso del miedo. De hecho el santo temor de Dios, que es primeramente temor a ofenderlo, es principio de sabiduría y de recto ordenamiento de la vida. por eso también dice Cristo que quiere enseñarnos “a quién hay que temer,” y pasa hablarnos de Dios como único de quien depende nuestro destino eterno.

* Sobre la base de conocer quién es el que merece honor, reverencia y obediencia, el discípulo de cristo experimenta libertad. Lo máximo que pueden hacer los poderosos termina con la muerte, pero la muerte misma no es última palabra, y ello lo demuestra Cristo no con teorías sino con su propia victoria sobre la muerte.

* Los que creemos en la resurrección gozamos de un principio de valentía que ya se ha hecho valer muchas veces, sobre todo en las vidas de los mártires y de quienes se han desgastado por el Evangelio.

Ya no tengo miedo, 2 de 3, Elias

[Predicación en la Asamblea Regional de la Renovación Carismática en Aragón, Octubre de 2012.]

Tema 2 de 3: Elías y la retama

* El capítulo 19 del Primer Libro de los Reyes nos cuenta un momento dramático en la vida del profeta Elías. El contexto es este: era rey Ajab pero quien en realidad movía los hilos y tenía el poder era su esposa, Jezabel, y esta perversa mujer era idólatra desde el fondo de su alma. Le fastidiaba a ella la religión de Yahvé porque consideraba que los baales bastaban y sobraban para buscar y tener una vida segura, próspera y fecunda.

* Por eso mismo, Jezabel odiaba a Elías, mucho más después de que Elías había dejado en ridículo a Baal en la confrontación del Monte Carmelo, y después había mandado a ejecutar a los falsos profetas, en número de varios centenares.

* Perseguido por el odio de Jezabel, Elías huye al desierto. Se queda solo, incluso sin su criado, y así en soledad alcanza a avanzar una jornada. Pero sus fuerzas se agotan, y al final se tumba bajo una retama. Su primer sueño no es descanso sino renuncia a vivir: se desea la muerte.

* Dios le da nuevas fuerzas. Es la imagen de lo que hace la fe en nosotros. Más allá de nuestras expectativas, recursos y fuerzas, allí está el Señor, y lo mismo que a Elías, primero nos alimenta para restaurarnos, y luego nos alimenta para enviarnos a renovar la alianza.

* Y por eso hay que identificar nuestras “retamas,” es decir, aquellos escondites donde empezamos descansando y terminamos renunciando a la tarea del Evangelio. No olvidemos que el mundo nos quiere bien distraídos y bien entretenidos para que seamos sólo consumidores pasivos.

* Destáquese también el hecho de que la soledad no permite evangelizar. En soledad, uno logra conservar algo de la fe, pero sólo por un tiempo, y sin pasar la antorcha a otros. El camino de restauración será siempre el encuentro renovado con el Señor y con la comunidad.

Ya no tengo miedo, 1 de 3, Moises

[Predicación en la Asamblea Regional de la Renovación Carismática en Aragón, Octubre de 2012.]

Tema 1 de 3: Moisés y el faraón

* Bajo el lema “Renuévame por dentro con espíritu firme” (del Salmo 51) celebramos la Asamblea Regional. En esta ocasión queremos enfatizar en ese “espíritu firme,” pues entendemos que el mundo nos quiere acomplejados, encogidos, encerrados.

* Los capítulos 3 al 5 del Éxodo nos presentan la vocación y el comienzo de la misión de Moisés. En él nos reconocemos fácilmente. Es un hombre bueno pero se siente abrumado ante la perspectiva de enfrentar al faraón.

* Y hay motivo para ello: el faraón actúa como un dios, y pide reconocimiento divino. Se le nota en que pretende disponer de vidas humanas. Lo cual da una clave: aquel o aquello que pretende poder absoluto sobre la vida del hombre está tomando el lugar del faraón. Y lo mismo que Moisés ante su faraón, nosotros tendemos a acobardarnos ante nuestros faraones.

* Aquellos que empujan en la anti-cultura de la muerte nos atemorizan con su arrogancia, nos confunden con sus especiosos argumentos, nos atemorizan con sus leyes de hombres. Por eso necesitamos el camino que Moisés recorrió, y ser sanados de lo que él fue sanado.

* Con Moisés, Dios siguió una sencilla terapia en tres pasos: (1) Una certeza: “El Señor está contigo;” (2) Le obliga a enfrentar su miedo, primero en lo pequeño y después en lo grande: así por ejemplo, cuando primero el cayado de Moisés se vuelve una serpiente, le manda: “¡Agárrala por la cola!”; (3) Le muestra cómo el faraón es sólo otro ser humano, y de victoria en victoria, consolida la fe de Moisés.