En Cristo se ve que el poder del bien puede hacer retroceder al mal.
LA GRACIA del Lunes 19 de Noviembre de 2012
Líneas clave para apreciar y vivir las enseñanzas del final del año litúrgico.
LA GRACIA del Domingo 18 de Noviembre de 2012
La muerte de Cristo, la caída de Jerusalén, el final del mundo: tres misterios que se iluminan de modo extraño pero real.
LA GRACIA del Sabado 17 de Noviembre de 2012
Hay nuevas maneras de practicar aquello de acoger al peregrino.
Estoy en ello
LA GRACIA del Viernes 16 de Noviembre de 2012
Amar a Cristo es guardar sus mandamientos; creer en Cristo es recibir su doctrina y la doctrina que la Iglesia predica sobre él.
LA GRACIA del Jueves 15 de Noviembre de 2012
Somos de Dios pero Él no es propiedad de nadie.
LA GRACIA del Miercoles 14 de Noviembre de 2012
La ingratitud no se corrige sola. Hay que obrar.
LA GRACIA del Martes 13 de Noviembre de 2012
La genuina humildad de los santos nos invita a reconocer la inmensidad de lo recibido y lo poco que hemos agradecido.
LA GRACIA del Lunes 12 de Noviembre de 2012
MEMORIA DE SAN JOSAFAT, OBISPO Y MÁRTIR
Anhelamos la unión entre católicos y ortodoxos, y la encomendamos a la intercesión de san Josafat.
LA GRACIA del Domingo 11 de Noviembre de 2012
El ejemplo de la viuda pobre y el ejemplo de Cristo se iluminan mutuamente.
LA GRACIA del Sabado 10 de Noviembre de 2012
Un ejemplo de las “terapias de shock” de Jesucristo, el Divino Maestro.
LA GRACIA del Viernes 09 de Noviembre de 2012
FIESTA DE LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN
La catedral es el lugar de la sede, es decir, de la enseñanza y testimonio de los obispos.
LA GRACIA del Jueves 08 de Noviembre de 2012
No sólo existe la alegría de tener sino también la de recuperar.
Maestros en la Fe, 6 de 6, Juan Pablo II y la circularidad entre fe y razon
[Curso a las Monjas Dominicas del Monasterio de Santa Ana, en Murcia, España.]
Tema 6 de 6: Juan Pablo II y la circularidad entre fe y razón
Esquema de Fides et Ratio, del Beato P.P. Juan Pablo II (1920-2005)
Introducción (Conócete a ti mismo)
Capítulo I: La revelación de la sabiduría de Dios
Jesús revela al Padre
La razón ante el misterio
Capítulo II: Credo ut intellegam
“La sabiduría todo lo sabe y entiende” (Sb 9,11)
“Adquiere la sabiduría, adquiere la inteligencia” (Pr 4,5)
Capítulo III: Intellego ut credam
Caminando en busca de la verdad
Diversas facetas de la verdad en el hombre
Capítulo IV: Relación entre la fe y la razón
Etapas más significativas en el encuentro entre la fe y la razón
Novedad perenne del pensamiento de santo Tomás de Aquino
El drama de la separación entre fe y razón
Capítulo V: Intervenciones del magisterio en cuestiones filosóficas
El discernimiento del Magisterio como diaconía de la verdad
El interés de la Iglesia por la filosofía
Capítulo VI: Interacción entre teología y filosofía
La ciencia de la fe y las exigencias de la razón filosófica
Diferentes estados de la filosofía
Capítulo VII: Exigencias y cometidos actuales
Exigencias irrenunciables de la palabra de Dios
Cometidos actuales de la teología
Conclusión
Sobre la Circularidad de Fe y razón, Filosofía y Teología
73. A la luz de estas consideraciones, la relación que ha de instaurarse oportunamente entre la teología y la filosofía debe estar marcada por la circularidad. Para la teología, el punto de partida y la fuente original debe ser siempre la palabra de Dios revelada en la historia, mientras que el objetivo final no puede ser otro que la inteligencia de ésta, profundizada progresivamente a través de las generaciones. Por otra parte, ya que la palabra de Dios es Verdad (cf. Jn 17, 17), favorecerá su mejor comprensión la búsqueda humana de la verdad, o sea el filosofar, desarrollado en el respeto de sus propias leyes. No se trata simplemente de utilizar, en la reflexión teológica, uno u otro concepto o aspecto de un sistema filosófico, sino que es decisivo que la razón del creyente emplee sus capacidades de reflexión en la búsqueda de la verdad dentro de un proceso en el que, partiendo de la palabra de Dios, se esfuerza por alcanzar su mejor comprensión. Es claro además que, moviéndose entre estos dos polos —la palabra de Dios y su mejor conocimiento—, la razón está como alertada, y en cierto modo guiada, para evitar caminos que la podrían conducir fuera de la Verdad revelada y, en definitiva, fuera de la verdad pura y simple; más aún, es animada a explorar vías que por sí sola no habría siquiera sospechado poder recorrer. De esta relación de circularidad con la palabra de Dios la filosofía sale enriquecida, porque la razón descubre nuevos e inesperados horizontes.
74. La fecundidad de semejante relación se confirma con las vicisitudes personales de grandes teólogos cristianos que destacaron también como grandes filósofos, dejando escritos de tan alto valor especulativo que justifica ponerlos junto a los maestros de la filosofía antigua. Esto vale tanto para los Padres de la Iglesia, entre los que es preciso citar al menos los nombres de san Gregorio Nacianceno y san Agustín, como para los Doctores medievales, entre los cuales destaca la gran tríada de san Anselmo, san Buenaventura y santo Tomás de Aquino. La fecunda relación entre filosofía y palabra de Dios se manifiesta también en la decidida búsqueda realizada por pensadores más recientes, entre los cuales deseo mencionar, por lo que se refiere al ámbito occidental, a personalidades como John Henry Newman, Antonio Rosmini, Jacques Maritain, Étienne Gilson, Edith Stein.
Maestros en la Fe, 5 de 6, Pablo VI y el valor de creer
[Curso a las Monjas Dominicas del Monasterio de Santa Ana, en Murcia, España.]
Tema 5 de 6: Pablo VI y el valor de creer
Breve perfil biográfico
* Trabajó en la Secretaría de Estado del Vaticano de 1922 a 1954, cuando fue nombrado Arzobispo de Milán (sede de San Ambrosio y San Carlos Borromeo, entre otros).
* Continuó el Concilio (1963-1965), fue el primero en aplicarlo e interpretar sus enseñanzas, rodeado de presiones, sospechas e incluso acusaciones.
* Papa de gran espiritualidad mariana, escribió tres encíclicas sobre el Rosario y sobre la Virgen, a la que dio por primera vez el título de “Madre de la Iglesia.”
* Valiente y a la vez deseoso de acoger a todos, le correspondió una época de profundos cambios y un tiempo muy convulso: Llegada del hombre a la Luna, Guerra Fría, Guerra de Vietnam, auge de las Brigadas Rojas; fue el primer pontífice en dirigir la palabra a las Naciones Unidas. No menores fueron las tensiones en la Iglesia: extremismos postconciliares, publicación del catecismo holandés, levantarse de la rebeldía lefebvriana, y sobre todo: desobediencia cínica frente a su Encíclica Humanae Vitae.
* Escribió así cuando fue elegido Papa el 21 de Junio de 1963: “Según palabras del mismo Montini, él sabía lo que venía. Escribió en su diario: “La posición es única. Me trae gran soledad. Yo era solitario antes, pero ahora mi soledad llega a ser completa e impresionante…” Pero no tenía miedo a la nueva soledad que se esperaba de él. Reconoció que sería inútil buscar ayuda fuera, o de confiar todo a los demás. Se veía tan solitario, con Dios. La comunicación con Él debía ser completa e inconmensurable.
El Credo del Pueblo de Dios
* Pablo VI convocó el Año de la Fe (1967-1968), con ocasión de los XIX siglos del martirio de los apóstoles Pedro y Pablo, y ante las desviaciones doctrinales que ya asomaban, como en el Catecismo Holandés. Jacques Maritain, filósofo, católico convencido, y amigo personal del Papa, le sugirió que el Papa expresara en lenguaje sencillo, para todos, la fe de la Iglesia. La redacción del texto estuvo a cargo, primero, del mismo Maritain y pasó el examen del Card. Charles Journet. La versión final fue revisada y cuidada por el mismo Papa Pablo VI, que la proclamó el 30 de Junio de 1968. Sigue la parte pertinente del texto:
* Queremos que esta nuestra profesión de fe sea lo bastante completa y explícita para satisfacer, de modo apto, a la necesidad de luz que oprime a tantos fieles y a todos aquellos que en el mundo —sea cual fuere el grupo espiritual a que pertenezcan— buscan la Verdad.
* Por tanto, para gloria de Dios omnipotente y de nuestro Señor Jesucristo, poniendo al confianza en el auxilio de la Santísima Virgen María y de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo, para utilidad espiritual y progreso de la Iglesia, en nombre de todos los sagrados pastores y fieles cristianos, y en plena comunión con vosotros, hermanos e hijos queridísimos, pronunciamos ahora esta profesión de fe…

