Una SUMA conversacion, 028: Causas, Teleologia

Noción de causa

Factor o principio del que depende una cosa. En griego se dice aitía (de donde viene la etiología).

La noción aristotélica de causa es más amplia que la actual; nosotros entendemos por causa sólo lo que Aristóteles llamaba causa eficiente y causa final. Para este filósofo causa es todo principio del ser, aquello de lo que de algún modo depende la existencia de un ente; o de otro modo: todo factor al que nos tenemos que referir para explicar un proceso cualquiera.

“Causa” es todo lo que sirva de respuesta a una pregunta válida sobre el ser de algo. Según Arsitóteles, para entender cualquier ente debemos fijarnos en cuatro aspectos fundamentales (cuatro causas):

la causa material o aquello de lo que esta hecho algo;

la causa formal o aquello que un objeto es;

la causa eficiente o aquello que ha producido ese algo;

y la causa final o aquello para lo que existe ese algo, a lo cual tiende o puede llegar a ser.

A veces se añade la causa “ejemplar,” que algunos ven como variación o subconjunto de la causa final, o de la causa formal. Causa ejemplar es lo que sirve de referencia o modelo.

Podemos dividir las causas en:

intrínsecas como la causa material y la formal, pues estos principios descansan en el propio ente;

y extrínsecas como la causa eficiente y la final, pues se trata de principios exteriores al ente.

Sin embargo, en los seres naturales aquello a lo que apuntan o hacia lo que tienden de forma natural es causa final pero en este caso intrínseca (hay que recordar el principio básico de la física aristotélica según el cual todos los seres naturales se caracterizan por poseer una finalidad intrínseca). También se habla de la idea, imagen o boceto que el escultor tiene en mente cuando realiza la escultura como causa formal; en este caso dicha causa formal es extrínseca.

Un cosmos teleológico

Doctrina La teleología (no confundir con teología) que considera indispensable para la comprensión de la realidad la referencia a los fines o motivos por los que ocurre algo.

Viene de lógos (teoría, explicación) y telos (fin). Los filósofos han presentado dos teorías opuestas para la comprensión de los cambios que ocurren en la Naturaleza: la mecanicista y la finalista o teleológica. La explicación teleológica mantiene que sólo podemos comprender el cambio si nos referimos (además de a la causa eficiente, única causa a la que se refiere la explicación mecanicista) a la causa final.

Según la filosofía aristotélica las cosas del mundo y los cambios que les ocurren pueden ser bien por naturaleza, bien por el arte o técnica, bien por azar. Excluyendo los que ocurren por azar, los otros dos tipos de cosas y de cambios exigen la referencia a una finalidad: los seres artificiales tienen fines puesto que han sido construidos para algo, y lo que hacen lo hacen para cumplir su función; en el caso de las cosas naturales es importante observar que la finalidad no se limita a la esfera humana, en donde se muestra con claridad pues lo que los hombres hacemos lo hacemos por algo.

Es característico del punto de vista aristotélico la defensa de la existencia de finalidad en todo objeto natural y en los cambios o movimientos naturales: así, el fin de la semilla es convertirse en árbol, como el fin del niño es ser hombre; cada ser natural tiene una finalidad que está determinada por su forma o esencia y a la cual aspira y de la que se dice que está en potencia. Esta postura aristotélica y tomista resulta especialmente disputada hoy.

Una SUMA conversacion, 027: Materia y Forma

Primera aproximación a la materia

Una primera aproximación a lo material comprende estas notas:

extenso (ocupa un espacio);

accesible a los sentidos (directamente o mediante instrumentos que amplían el rango de la percepción sensorial);

en principio, objetivable: se puede poner completamente frente a sí, y en muchos casos, sus condiciones externas son controlables y medibles (como en un laboratorio).

¿Existe lo inmaterial o todo es materia?

Consideremos este ejemplo: un amigo me presta su bicicleta. Una semana después le devuelvo todas y cada una de las piezas que conforman la bicicleta, pero puestas todas sueltas en una bolsa. Y le digo: “Aquí tienes tu bicicleta.” ¿Cuál es la diferencia entre la bicicleta y lo que contiene esa bolsa?

Lo que mi amigo echa de menos no puede ser ninguna de las partes (extensas, accesibles a los sentidos, objetivables), pues éstas están todas. Mi amigo echa de menos la estructura, la configuración, la disposición, interna y externa, que permite que ese conjunto de piezas funcione de una determinada manera. A eso que mi amigo echa de menos lo llamamos “forma.” Uno entiende que esa forma no es nada material; la forma existe y es inmaterial.

Concepto de forma

Forma es el conjunto de rasgos característicos de un objeto. Este término corresponde a las palabras griegas morphé y êidos.

Nuestro lenguaje cubre bastante bien la riqueza de significados que tenía esta palabra en el mundo griego y la filosofía aristotélica: en un primer nivel se identifica con la figura de un objeto físico; en otro sentido designa la estructura o configuración de algo frente a los elementos o materia que componen ese algo, como cuando hablamos de la estructura o forma que le ha dado un poeta a sus versos.

Cabe distinguir las formas accidentales de la forma substancial: la forma substancial de una cosa es lo mismo que su esencia y las formas accidentales son las determinaciones o propiedades de las que el sujeto puede prescindir sin perder su ser.

Hilemorfismo

Es la teoría aristotélica según la cual todos los seres sensibles o perceptibles (tanto los naturales como los artificiales) se componen de materia (hylé) y forma (morphé). En el caso del ser humano, ello implica hablar de una unidad sustancial de cuerpo y alma.

Llegamos así a un segundo concepto, más elaborado, de lo que es “materia”: Este término significaba originariamente madera, material de construcción, el elemento con el que construimos algo.

La materia es aquello con lo que está hecho algo; desde el punto de vista dinámico es aquello susceptible de alguna determinación o forma, por tanto una realidad potencial. Cabe hablar también de un cierto carácter relativo de lo que se considera materia: si nos fijamos en una estatua del dios Zeus la forma es Zeus y la materia el bronce; pero si nos fijamos en el bronce mismo el ser bronce es forma y la materia es la materia prima.

Materia primera y materia segunda

La materia “prima” o primera es materia sin forma alguna. Se trata de un modo minimo, casi hipotético del ser. No es perceptible por los sentidos y es el substrato último del cambio sustancial.

Aristóteles afirma la existencia de este tipo de materia no perceptible como consecuencia de su análisis del movimiento: todo movimiento o cambio exige la presencia de algo permanente; en el cambio accidental lo permanente es la sustancia y lo que cambia los accidentes; el problema se presenta sin embargo en el caso del cambio sustancial pues en este tipo de movimiento desaparece una sustancia y aparece otra. Puesto que algo debe permanecer incluso en ese cambio tan radical, Aristóteles creyó que se puede superar la dificultad si aceptamos la existencia de una realidad material de la cual están hechas las sustancias materiales, pero como dicha realidad material no se encuentra en el nivel de lo perceptible ni tiene ningún otro rasgo que no sea el de la pura espacialidad pensó que dicha materia no tiene forma alguna (siendo por lo tanto algo casi irracional).

Llámase en cambio “materia segunda” a la materia con alguna forma determinada (por ejemplo, el mármol de una estatua de mármol).

Una SUMA conversacion, 026: Sustancia, Esencia y Naturaleza

Sustancia

El ser independiente del cual se predican los atributos. Del latín substantia, que se usó para traducir los términos griegos ousía, y a veces, hipóstasis. Significa etimológicamente, “lo que está debajo”, pero tiene un significado complejo pues designa:

el sujeto en el que descansan las propiedades: el ser Sócrates, por ejemplo, del cual predicamos ciertos rasgos como el ser ateniense, ser maestro de Platón…

lo que permanece en el cambio accidental: el ser el mismo individuo, Sócrates, aunque modifique su aspecto a lo largo del tiempo;

el ser independiente, lo que tiene su ser no en otro sino en sí: debemos distinguir el nivel de los atributos (ser blanco, pequeño e inteligente, por ejemplo, que son seres puesto que tienen realidad, pero que no pueden darse por sí mismos sino que siempre descansan en otra cosa de la cual decimos que son sus propiedades) y el nivel de la substancia (el que tiene una existencia propia e independiente, como el ser Sócrates o ser una piedra, o un tigre…).

Accidentes

Lo que le corresponde a algo de manera contingente, es decir, que no depende de su esencia; aquello que le pertenece a un ser de tal modo que lo puede perder sin llegar a aniquilarse.

Sustancias Primeras y Segundas

Las sustancias primeras son los sujetos individuales, que si son corporales, estarán compuestos de materia y forma.

Las sustancias segundas equivalen a los géneros y las especies. Al preguntar “¿qué es esto?”, se puede buscar qué tipo de sustancia es. Al responder indicando que es un libro, estamos apuntando a una sustancia segunda.

Esencia y Existencia

Lo que tienen los seres concretos de estable e inteligible; los rasgos que hacen de algo lo que es y no otra cosa, de modo que si se pierde uno de esos rasgos, ya no estamos ante el mismo ser. La esencia es la respuesta más directa a la pregunta “¿qué es?” y por eso se le llama quidditas, o quididad.

La esencia:

descubierta en un ser corpóreo concreto, es la forma sustancial;

en el entendimiento se capta por medio de conceptos;

cuando se expresa en palabras corresponde a una definición.

La esencia no implica la existencia. Cosas imaginadas pueden tener su esencia, que también será imaginaria. Cuando hablamos, entonces, de que algo existe, ese existir no es una idea que se une a los rasgos de la esencia; es decir, el existir, al que Santo Tomás en latín llama esse, no es una ampliación de la esencia, que en latín se dice essentia. Existencia y esencia son distintos, y la existencia no es algo pensado pero tampoco es irracional. Para Santo Tomás, que lo pensable (la esencia) tenga además existencia, es como el paso de la potencia al acto; tal es el paso que realiza Dios al crear.

Naturaleza

Principio intrínseco de movimiento (cambio, acción, operación) y reposo de los seres naturales. Etimológicamente quiere decir: lo que se tiene “por nacimiento,” es decir: de por sí, no por acción de otro. Viene del vocablo latino natura, traducción del griego physis.

Hay dos sentidos básicos de “naturaleza”, aunque es mucho más importante el segundo que el primero: (a) la Naturaleza entendida como la totalidad de seres naturales; (b) la naturaleza como el actuar que sigue al ser propio de las cosas. En esta última acepción, “naturaleza” se aproxima mucho al concepto de “esencia,” pero, aunque todo lo esencial es natural, no todo lo natural es esencial, porque hay cosas que son naturales porque provienen o fluyen de la esencia, sin ser la esencia. El uso de un lenguaje conceptual y articulado es propio de la naturaleza humana pero no es necesario considerar esa nota en sí misma como propia de la esencia, porque es algo que fluye del ser racional.

La naturaleza se identifica con el ser propio de las cosas, con su esencia, y lo que fluye de la esencia, pero sólo en las cosas capaces de cambiar a partir de sí mismas.

La naturaleza no sólo determina el tipo posible de movimientos de un objeto sino también el tipo de reposo que le conviene (por ejemplo, a la piedra le corresponde estar quieta en el suelo y ello en virtud de su naturaleza).