Empieza por renovar tu corazón frente a Aquel que todo lo ve y luego a partir de las buenas intenciones dale paso a las buenas decisiones, sacando lo que no debe estar en tu vida.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
“Ser mejores que los fariseos” es abrirse al amor que llega a nosotros por Jesús para recibir su gracia y ser renovados desde el centro de nuestro ser.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
El bien, la bondad y la donación de Dios no son completas en la ley; sólo es plena en Jesucristo pues Él nos trae la fuerza para alcanzar el bien y vencer el mal y el pecado.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
* En la Eucaristía recibimos el misterio entero de Cristo, como queda bien expresado en la aclamación que propone la Santa Misa después de la consagración: “Anunciamos tu muerte (pasado); proclamamos tu resurrección (presente); ¡ven, Señor Jesús! (futuro).”
* En esta ocasión queremos ver la riqueza de la Eucaristía como “memorial” que nos permite asomarnos a lo más propio de Cristo; a aquello que es su obra cumbre y la expresión más hermosa de todo su ser: la Divina Eucaristía.
* Para comprenderlo mejor, miramos las partes de la Santa Misa, y descubrimos en ella dos grandes secciones: la Liturgia de la Palabra y la Liturgia de la Eucaristía.
* Lo propio de la proclamación de la Palabra es conectar el hoy de nuestro peregrinar en la fe con algunos momentos de la historia del pueblo de Dios; y ver luego como cada punto de esa Historia de Salvación apunta a una plenitud en Cristo; y descubrir finalmente como esa luz de Cristo llega a nosotros y se hace vida en nuestro tiempo y circunstancias.
* Luego ese Cristo, así mejor conocido y amado, se hace presente en medio de nosotros, en la Liturgia Eucarística, de modo que en la ofrenda de sí mismo al Padre, habiendo asumido nuestros dolores, amores y esperanzas, la Eucaristía es la cumbre del culto que la Iglesia puede ofrecer en esta tierra.
* Pero hay otra cumbre: el Cristo que recibimos al comulgar es el mismo Cristo que en la proclamación de la Palabra se ha mostrado como nuestro camino. Y esto es lo que hace absolutamente única a la Eucaristía, y al diferencia de toda otra religión: el mismo Jesucristo que nos ordena y manda algo para nuestra salvación, viniendo vivo a nosotros en la Sagrada Comunión, hace posible que lo realicemos en nuestra vida.
El pobre de espíritu es quien capta el Evangelio pues se desprende de ídolos, no se fascina por placeres, no se deja amedrentar por amenazas y acepta que sólo Dios es Dios.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
Dejemos que Cristo marque una diferencia total en nuestras vidas al entregarle nuestros anhelos más profundos y los fracasos que no hemos podido superar.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
Demos gracias a Dios por el sacerdocio inmaculado de Cristo y oremos por todos nuestros sacerdotes, hombres frágiles que el Señor ha escogido para el servicio a su pueblo.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]
* Por desconocer el poder de Cristo muchos se muestran débiles frente al pecado, cobardes ante los poderes de este mundo o angustiados por las carencias de su pasado.
* Cristo mira el poder y habla de él de un modo muy diverso a como lo hace el mundo. Ya se trate de fuerza, astucia o manejo de información, el mundo centra el poder en el yo. Las dos consecuencias que esto trae son: una mentalidad homicida que quiere eliminar a los demás si no puede usarlos o someterlos; y una incapacidad para reconocer a Dios como Señor.
* Los discípulos mismos de Cristo, los de antes y los de hoy, fácilmente se sienten tentados por esa mentalidad mundana, que es una razón para la advertencia de 1 Juan 2,15: “No améis al mundo ni lo que hay en el mundo.”
* Cuatro rasgos sobresalen entonces en la manera como Cristo se refiere al poder:
(1) Cristo se opone a la injusticia pero no es igualitarista. El igualitarismo es una trampa que ha mostrado su veneno en el comunismo: predica la igualdad entre todos pero los “administradores” de esa igualdad, típicamente: un único partido político, se aferran para siempre al poder y excluyen sistemáticamente a toda voz o postura que les contradiga. La igualdad que predica Cristo es que todos somos pecadores necesitados, y que todos hemos sido invitados a acoger la gracia de redención fruto de su amor y sacrificio.
(2) No es malo querer ser el primero. La mediocridad, la dejadez o la pereza no son homenajes al Dios Altísimo. El error no es la excelencia ni es el éxito sino la soberbia o la vanidad.
(3) Y desde las capacidades, talentos y dones recibidos, cada uno ha de practicar aquello que enseñaba San Ignacio de Loyola: Amar y servir.
(4) El reinado de Cristo es un reinado de amor. Sin amor, el solo poder va engendrando más enemigos cuantos más logros consigue. Decía Santa Catalina: “El alma, viéndose tan amada, no puede defenderse y excusarse de amar.”
SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y SANGRE SANTÍSIMOS DE CRISTO, CICLO C
Manifestamos públicamente nuestra fe: para evangelizar, para dar un aporte específico a la sociedad y para proclamar que por Jesús y para Jesús fueron hechas todas las cosas.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]