Que Seas Felíz…

Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo pues que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar. Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar. Continuar leyendo “Que Seas Felíz…”

Hermano, No Te Rindas

No te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra, liberar el lastre y retomar el vuelo.

No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, abrir las esclusas, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor, no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.

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No Te Detengas…

No te detengas en lo malo que has hecho; camina en lo bueno que puedes hacer.

No te culpes por lo que hiciste, más bien decídete a cambiar.

No te mires con tus ojos, contémplate con la mirada de Dios.

No pienses en lo largo que es el camino de tu transformación,

sino en cada paso que puedes dar para ser lo que Dios quiere que seas.

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¡Se parecen tanto!

Diversos estudios han demostrado que el cerebro de las personas radicalmente optimistas y el de las personas absolutamente pesimistas trabajan de modo muy similar. Ciertamente hay diferencias bioquímicas notables, por ejemplo en las dopaminas, pero ello no parece deberse a la manera como el cerebro trabaja sino que es un fruto de su propio modo de obrar.

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