En una ocasión, antes de dar inicio a mi sección diaria ‘Semillas para el espíritu’, del programa ‘Muy buenos días’, me dijo Jota Mario, el presentador: ‘Papá Jaime, hay una niña discapacitada que vive con su tía en un tugurio, en condiciones infrahumanas, y necesita una silla de ruedas’.
Ese día conté el caso de esta niña y hablé de la importancia del servicio amoroso y de dar sin esperar retribución. Recuerdo haber dicho enfáticamente que aquellas cosas inutilizadas tras seis meses ya no son propias y, por lo tanto, deben darse a alguien que las necesite.