Madurez en el Espiritu, 4 de 5, La Eucaristia y la Cruz

Congreso de la Región Centro-Sur de la Renovación Carismática en Chile.

Tema 4 de 5: La Eucaristía y la Cruz

Es el amor, finalmente, quien nos sana, nos reconstruye, nos alimenta, nos levanta. Por ello mismo, cuanto más grande es nuestra necesidad, más amor necesitamos. Siendo extremo el daño que causa el pecado, porque nos aparta de nuestro bien propio, hay que decir que necesitamos amor extremo.

Según el Evangelio de Juan, ese “amor extremo” se nos ofrece singularmente en el desenlace de la vida de Cristo. Viendo el testimonio de los demás evangelistas, concluimos que la eucaristía, la cruz y la donación del Espíritu son expresión y realidad de ese amor infinito, sin límites, que puede sanarlo todo y que además puede colmar de verdad nuestros anhelos más hondos.

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Cristo Vivo, 10 de 10: La paradoja se hace perfecta en la Cruz

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 10: La paradoja se hace perfecta en la Cruz.

* Sobre la dimensión comunitaria del Reino: no es un agregado a una teoría. Sucede que la “lógica del mundo” entroniza al YO, y con ello suscita forzosamente división. Cada uno de los “secretos del reino” es una oportunidad para reconocer, celebrar y construir el bien en el hermano. No puedo entrar en el Reino sin construir comunidad.

* Sobre lo terreno y lo celestial: el bien que Dios quiere es integral: “todo el hombre y todos los hombres” (Pablo VI). Las divisiones y oposiciones entre un modo de ver el reino como sola promoción humana, y otro modo de verlo como pura espiritualidad, es falsa y proviene ordinariamente de querer asegurar un ámbito en el cual desarrollar las propias ideas y decisiones, al modo de la lógica del mundo.

* Sobre el poder en la Iglesia: el modelo progresista ve al poder como fuente de beneficios que deben ser repartidos equitativamente, o por el contrario, como un mal necesario de nuestra naturaleza corrupta, un mal que debe ser controlado distribuyéndolo. En ambos casos, el progresismo cree que la democracia es normativa para toda institución humana, incluida la Iglesia. Pero el planteamiento progresista es falso de dos modos: (1) la democracia es un nombre aparente. Los candidatos y líderes políticos son esencialmente los que resultan útiles a los verdaderos centros de poder, que no son democráticos ni van a serlo: es el caso de los militares o de las grandes corporaciones. (2) Nada en el Nuevo testamento habla de un estilo democrático, ni en las decisiones de Jesús ni en la constitución de la primera comunidad.

* Sobre la Cruz: es la culminación del ministerio de Cristo, y sólo en ella se ve con claridad cuál es el supremo servicio, la suprema enseñanza y el supremo amor. Por eso la Cruz condensa el misterio del Reino y por eso será ella el gran anuncio de los primeros misioneros.

Hay que comer de este pan

Hay que comer de este pan

Todos conocemos las palabras con las que Jesús instituyó el sacramento por excelencia: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo… Tomad y bebed, este es el cáliz de mi sangre…” (Lucas 22,19-20). Es bueno preguntarse qué son esas palabras: ¿Una sugerencia? ¿Una orden? ¿Una petición? Probablemente las tres cosas.

Una sugerencia

En la tradición católica se suele distinguir entre los mandatos y los consejos. La Eucaristía es ambas cosas; pero pienso que en primer lugar es un consejo, una sugerencia que hemos de recibir con el mismo amor con que fue pronunciada.

Una sugerencia es como una invitación. En Apocalipsis 3,20 leemos que Cristo toca nuestra puerta y llama; “si alguno me abre, entraré, y cenaré con él y él conmigo.” No es una obligación sino una propuesta. Cristo quiere que yo abra la puerta porque él ha abierto primero su puerta. Quiere que mi corazón se abra porque él suyo está ya abierto, dramáticamente abierto por la lanza del soldado.

Los judíos preguntaban: “¿Cómo puede este darnos a comer su carne?” (Juan 6,52). Esa misma pregunta puede hacerse de muchas maneras en la vida de Jesús. Podemos preguntar, en efecto: ¿Cómo puede ser que Dios se encarne y se haga uno de nosotros? ¿Cómo puede él decirnos que hay que nacer de nuevo? ¿Acaso debe uno entrar de nuevo en el vientre de la madre? ¿Cómo puede él entregarse de ese modo tan completo y tan perfecto al servicio de los más despreciados, como son los leprosos, los paralíticos, los posesos del demonio, en vez de dedicar su tiempo a construir buenas relaciones con los poderosos y la gente influyente? ¿Cómo puede Dios cargar sobre sí nuestros pecados y subir así cargado a la Cruz? ¿Cómo puede el más santo morir sin una queja y sólo suplicando perdón para sus enemigos? ¿Cómo puede resucitar esa carne macerada por nuestros maltratos?

La respuesta a todas esas preguntas es la misma: el amor.

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Historia y significado de la Cruz de los Jovenes

Cruz Jovenes

* Historia de un símbolo que nació de un gesto de amor paternal de Juan Pablo II, el 22 de abril de 1984.

* La Cruz, lugar donde el dolor se convierte en ofrenda, y la ofrenda en tributo de amor.

* La Cruz de Cristo y las cruces de los jóvenes.

* Sentido evangelizador de la cruz cuando recorre nuestras calles.

* Derecho y deber de transmitir el tesoro de la fe que hemos recibido.

VII-C. La paradoja de la Cruz

265. Es verdad: tú eres el Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador. (Is 45,15)

266. El mensaje de la cruz es locura para los que se pierden; para los que se salvan es fuerza de Dios. (1 Cor 1,18)

267. Siempre que comáis de este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que vuelva. (1 Cor 11,26)